A diez días del hallazgo del cuerpo de su hijo Manuel, el ex ministro y diputado nacional Federico Storani escribió una conmovedora carta en la que lo describió como "de buena madera" y con "actitud para la vida", mientras aseguró que a partir de su pérdida nunca más será "el mismo". El dirigente radical homenajeó a su hijo en su página personal de la red social Facebook dos semanas después del choque de lanchas ocurrido en el río Luján que le costara la vida tanto a Manuel, como a su exesposa y madre del chico, María de los Ángeles Bruzzone. "Mi hijo Manuel, compartió conmigo intimidades y complicidades blindadas con la consistencia del quebracho y el don que lo distinguía de la discreción, dignidad y nobleza, sin que se diera cuenta...naturalmente. Liberó las anécdotas e historias que constituyeron los hitos en el camino que fue forjando su personalidad conocida. Se me metió en la médula, y allí se acurrucó al cobijo de mis entrañas... y yo en las de él", expresó Storani en un segmento de su carta.
"¿Qué puedo decir? ¿Qué una sonrisa leve más parecida a una mueca me revelaba sus secretos y yo le correspondía en el mismo idioma? ¿Qué cuando leyó de corrido la primera palabra o frase, esta vez su carita se iluminó con una sonrisa ancha al descubrir fascinado un mundo nuevo? ¿Qué su corazón de poeta palpitaba acelerado y con pasión los primeros amores de su incipiente adolescencia?", continuó. En cuanto a la personalidad del chico, señaló que "el rasgo más destacable de la inteligencia con la que construía su mundo, lo revele el hecho de que alternaba sin dificultades y con una enorme capacidad de adaptación entre los niños hermanitos de sus amigos y compañeros, entre sus pares y entre los padres adultos que lo distinguían. "Manuel tenía buena madera, actitud para la vida. Su mundo interior se cimentaba en valores sólidos. Buen amigo, compañero, estudioso, responsable...sin que ello le quitara tiempo al ocio, la diversión y los juegos que disfrutaba. Apuntaba a convertirse en un buen ciudadano que con seguridad serviría a su país que amaba...pero ante todo era una buena persona y tal vez una personalidad en ciernes", destacó. También recordó que "amaba las plantas, los animales, sobre todo los callejeros que se le pegaban como un imán", mientra que "era un defensor del medioambiente y en eso radicaba el mayor interés de sus estudios".