internacional tienen sobre la Argentina, empeoró. El pesimismo no viene por el lado de lo que en sídispara la figura de Redrado, si no por la evidencia de que hay variables en el país que no estaban"tan sólidas" como anunciaban desde el ápice oficial. En esta línea, los pronósticos externos para el tipo de cambio local se han modificado.Mientras que previo a la crisis con la entidad monetaria, en los grandes bancos estadounidensespreveían un peso entre un rango de $ 3,90 y $ 4,10 para fin de año, hoy las estimacionesproyectadas para el precio del dólar en el país para ese plazo subieron entre un 5% y 7%, según elcaso. "Antes de la decisión del Gobierno argentino de apartar a Martín Redrado, las previsionescambiarias para fines de 2010 situaban al dólar en $ 3,90. Hoy, después de su salida, lo vemosentre $ 4,10 y $ 4,20 para esa fecha. La revisión obedece en gran parte a una necesidad de lagestión de Cristina Fernández que apunta a una depreciación de la moneda para un incremento de larecaudación", explicó Alberto Bernal, jefe de Research de Bulltick Capital Markets. Ayer se conoció también que HSBC decidió ajustar sus perspectivas. El banco extranjero,dentro de una revisión para algunas monedas latinoamericanas, subió su pronóstico para el tipo decambio local desde $ 4,10 hasta $ 4,30 para diciembre. "Lo de Argentina es un caso complicadoporque luego de meses de tranquilidad, el contexto cambió a raíz de la crisis del Central. Sobretodo, la visión del inversor externo que percibe que al Gobierno le es beneficioso de por sí unadevaluación por el lado comercial" señaló desde Nueva York, Enrique Álvarez, de IDEAglobal. Entidades financieras como Barclays, no obstante, ya tenían una visión más pesimista para lamoneda local, incluso previo al Redrado-gate. A fines de 2009, desde el banco preveían un precio de$ 4,40 para el dólar a un año y de $ 4 a seis meses y $ 3,90 a tres meses. Estas estimacionestodavía no se han revisado, pero el resto del mercado ya las alcanzó. Los números no sorprenden. En rigor, durante el fin de semana se conoció que el nuevo BCRA,ahora bajo el ala de Mercedes Marcó del Pont, decidió transferir las utilidades del balance de2009, proyectadas en $ 24.700 millones, al Tesoro. Las ganancias, que equivalen al flujo de dinerodel tan discutido Fondo del Bicentenario (u$s 6.500 millones), provienen en gran parte de ladepreciación que sufrió el peso el año pasado, en torno al 10%. "Nuestra sensación es que lasituación fiscal está muy deteriorada y que el Gobierno para financiarse este año apuntará alsistema doméstico. De hecho, los $ 25.000 millones que surgen como ganancia de la devaluación seránla fuente principal de financiamiento. Como las proyecciones en materia fiscal son flojas, no seráextraño entonces que el Gobierno necesite devaluar más para recaudar más", señaló un analista deuna entidad extranjera que prefirió anonimato. Así y todo, en Nueva York ven que la idea de una devaluación más pronunciada tomará fuerza apartir del segundo semestre.