“La caída a la atmósfera de un bólido es un evento natural. Es una roca del espacio que se va frenando en la atmósfera. Se desintegró a 65 kilómetros de altura y se escuchó en un radio de más de 40 kilómetros”, explicó en su momento el director del Observatorio Astronómico de Santa Fe, Jorge Coglhan. Según explicaron las autoridades, no se registró ningún impacto en la tierra, por lo que no hubo heridos.
Sólo se registraron roturas menores en mamposterías.
De todos modos, el miedo sigue en la piel de los vecinos de esos pueblos en cuya esencia e idiosincracia reside la tranquilidad de la rutina diaria. Un día después del evento espacial en la calle no se comentaba otra cosa y más de uno afirmó que miraba hacia el cielo con temor.
El episodio del bólido parece haber marcado un antes y un después en la vida de estos habitantes, claro que tal vez el transcurrir del tiempo lo deposite en la mera anécdota.
El hecho, además, tuvo inmediata repercusión en las redes sociales como Twitter y Facebook, donde los usuarios especularon con la posibilidad de la caída un meteorito, un asteroide o un objeto volador.