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Desde que se anunció que se ejecutaría la obra, en 2010, hasta la fecha se han hecho estudios para comenzar. En seis meses podrían estar listos esos informes ambientales y, a partir de ahí, iniciar el proceso de licitaciones.

El perilago de Potrerillos es presa de la burocracia

Por UNO

La administración pública se toma su tiempo. Pero luego de años de espera para ver las obras en el perilago del dique Potrerillos, parece que, finalmente, hay una pequeña luz al final del camino. La luz del final de la espera y  el comienzo de la acción. Luego de todos los estudios de impacto ambiental, de los que ya se hicieron y de los que aún faltan, podrían darse las primeras intervenciones en el terrero, es decir, las primeras obras, que serían  recién a mediados de 2014.

Pablo Portusso, asesor de la Secretaría de Ambiente, es quién está al tanto dentro de esa cartera de todo lo que sucede en este tema. Él dice qué es lo que está hoy, pero, cauto, evita dar fechas acerca de cuándo comenzarán las obras. “Todos los estudios de impacto ambiental estarán listos quizás en seis meses, de ahí en más ya estaría todo para comenzar con las obras”, explica el hombre. Pero ese inicio de trabajos, aunque ya  esté permitido hacer algo allí, depende todavía de otras instancias, como el destino de partidas presupuestarias –Portusso no dio números –, de licitaciones, adjudicaciones y demás pasos que se deben seguir. Todo lo que  se traduce en más tiempo todavía.

En qué punto está hoy

Comenzaba agosto de 2010 y, el gobernador Celso Jaque junto con el secretario de Ambiente, Guillermo Carmona, anunciaban la realización de un concurso para el diseño de la infraestructura pública de Potrerillos.

El  objetivo era “lograr la óptima adecuación de los servicios necesarios para el desarrollo de actividades deportivas, turísticas y recreativas”.

Tres meses después, presentaban, con bombos y platillos al equipo de ganadores del proyecto. La provincia se convertiría, así, en la prestadora de los servicios para los turistas y en la administradora de las potencialidades  del polo turístico que representa Potrerillos. Pero del dicho al hecho el trecho fue muy largo. La obra, como se anunció, aún espera ser concretada.

Según lo que explicó Portusso la demora –de años– se debe a que lo que se presentó en ese entonces fue sólo una idea y, a esa idea, hay que transformarla en algo realizable. Y que sea un proyecto que se pueda poner en  pie implica hacer planos, cálculos y estudios. Y en eso están.

“Lo último que tenemos es que estamos en pleno proceso de impacto ambiental”, afirma Portusso, quien agrega que esta semana estará listo el estudio que enviaron para que haga la Universidad Nacional de Cuyo, en  donde la casa de altos estudios dará su veredicto del análisis de las propuestas que enviaron y devolverá el estudio con las recomendaciones que consideren necesarias . Antes, Ambiente firmó un convenio con el grupo de  arquitectos que ganó el proyecto para desarrollarlo.

Ahora la Secretaría de Ambiente recibirá la devolución del proyecto e informará a todas la dependencias que estén involucradas para que ellas, a su vez, evalúen cada una su parte y den su dictamen sectorial. “Lo bueno es  que en esta instancia nosotros podemos poner los plazos”, comenta, esperanzado, Portusso, porque recién cuando cada una de estas reparticiones envíe su informe podrá comenzarse con el proceso licitatorio.

“Estimamos que esto puede demandar otros seis meses. Después se hace una audiencia pública abierta a la ciudadanía, y ya con todo esto junto se puede comenzar a hacer alguna intervención”, explica.

Once años a la espera de la realización de las obras

Más de once años pasaron desde la creación de la Comisión de Coordinación del Desarrollo del Perilago de Potrerillos (CODEPP). Más de once años en los que este sector continúa prácticamente igual. Esta comisión fue  impulsada en 2002 por el entonces gobernador Roberto Iglesias. La finalidad fue que, para poder concretar el aprovechamiento recreativo, turístico y urbanístico, tenía que existir un órgano que coordinara todas esas tareas. 

En 2010, Jaque, anunció que sería la provincia la que se quedaría con la administración de la zona tras licitaciones que quedaron en la nada y que, para llevarlo a cabo, realizaría un concurso.

Así fue como la CODEPP realizó el concurso público para que elaborasen un proyecto de uso público del perilago que planificara la diversidad de actividades y estipulara su futura ubicación. Se pretendía que el proyecto que  se realizara fuese de turismo sustentable.