la integración bilateral. El mandatario brasileño, en tanto, exigirá garantías de que la medidatransmitida por el secretario de Comercio, Guillermo Moreno, a los supermercados no seguirávigente. La jefa de Estado llegó ayer a la ciudad de Río de Janeiro para participar del III Foro de laAlianza de las Civilizaciones, impulsada por el presidente español José Luis Rodríguez Zapateropara intentar consensuar, entre 119 países, planteos en torno a la paz en Oriente Medio y sobre elprograma nuclear iraní, además de tratar la cuestión migratoria. En ese contexto, la Presidentaaprovechará para mantener un encuentro a solas con Lula para debatir sobre el tema comercial. Viajaron con ella los ministros de Relaciones Exteriores, Jorge Taiana; de Economía, AmadoBoudou, y de Industria y Turismo, Débora Giorgi, quien cargó consigo una carpeta con todos losnúmeros que grafican a las claras quien gana y quien pierde en esta relación comercial. Fuentesoficiales precisaron que si bien la ministra viajó para acompañar a Cristina, intentará reunirsecon su par de Brasil, Miguel Jorge. La escalada del conflicto surgió a raíz de las declaraciones del secretario de ComercioExterior de Brasil, Welber Barral, quien amenazó con aplicar represalias a la Argentina, si seconcretaba la medida anunciada por Moreno. Si bien las advertencias del funcionario se llevaron ala práctica durante algunos días, en los que varios camiones y buques quedaron varados en lafrontera a la espera de la autorización del funcionario, las declaraciones de la Presidenta y partedel gabinete negando la medida hicieron que comience a flexibilizarse. En este contexto, algunosimportadores argentinos atribuyeron la reacción de Brasil a la campaña electoral, en la que lacandidata oficialista, Dilma Rousseff, recién ahora logró equipararse al opositor José Serra, paraquien Brasil es muy flexible con la Argentina en materia comercial y que adoptó una postura muycrítica con el Mercosur. Pese a la flexibilización, la mera advertencia de Moreno ya provocó una merma en lasimportaciones debido a que los supermercados están expectantes y mantienen sus pedidos anulados. En el encuentro con Lula, Cristina buscará aflojar tensiones y asegurarle a su par que laArgentina no adoptará medidas restrictivas. En este sentido, varios funcionarios salieron ayer abajarle el tono a la polémica. Giorgi informó que "no hubo ninguna presentación formal de queja deBrasil" y resaltó, mediante un comunicado, que en el primer cuatrimestre de 2010 "el flujocomercial creció 48% interanual" y que el "saldo comercial resultó deficitario para la Argentina enu$s 859 millones". En los primeros cuatro meses del año, las exportaciones a Brasil totalizaron u$s4.096 millones, un 39% más que el año pasado, en tanto que las importaciones fueron por u$s 4.955millones, un 57% superior a 2009", detalló la cartera. También quiso bajarle el tono a la discusión el asesor de Lula para Asuntos Internacionales,Marco Aurelio García, quien consideró que "no hay clima para represalias" y que "la pelea entre laArgentina y Brasil sólo tiene consistencia en el fútbol". García agregó que Lula tuvo el lunespasado una "calurosa reunión" en Buenos Aires con Cristina durante las celebraciones delBicentenario y "si mañana –por hoy– tienen un nuevo encuentro, evidentemente abordarán ese asunto,pero sin ningún ánimo de represalia". No obstante, Welber Barral volvió a referirse ayer, en uncomunicado de prensa, a la "reciprocidad" de los socios comerciales (ver aparte).