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Aunque en múltiples oportunidades desde la dirigencia del club se rechazó cualquier vinculación con la barra, los investigadores descuentan que hay un acuerdo con algún nivel dirigencial para la entrega de entradas a los barras.

Cómo "El Rengo" Aguilera manejó la barra del Tomba estando prófugo

Por UNO

Por Javier Polvani

Subido al paraavalanchas del estadio Malvinas o escondido en algún lugar del barrio porteño de Once, con una orden judicial de captura en su contra, Daniel “El Rengo” Aguilera nunca dejó de actuar como jefe de la barra brava de Godoy Cruz hasta el jueves 19 de mayo, cuando fue detenido en un control policial en la Ciudad de Buenos Aires.

Los pesquisas mendocinos establecieron que durante el tiempo que estuvo prófugo de la Justicia, el líder de la barra del Tomba siguió estando al frente de la negociación de las condiciones de sus seguidores para ver al equipo mendocino que brilla en la primera división del fútbol argentino. Aunque en múltiples oportunidades desde la dirigencia se rechazó cualquier vinculación con la barra, los investigadores de la guerra de bandas del barrio La Gloria -se enfrenta el grupo que responde a Aguilera con el que comanda Marcelo “El Gato” Araya- descuentan que hay un acuerdo con algún nivel dirigencial para la entrega de entradas a los barras.

La información que adjuntaron los pesquisas desde que se profugó el capo del barrio La Gloria indica que para permanecer en la clandestinidad Aguilera necesariamente mantuvo los lazos de poder que solamente le da la jefatura operativa de la barra brava de Godoy Cruz. Según esta hipótesis, la posición de cabecilla de la hinchada es la principal fuente de ingresos y de poder del Rengo.

Los pesquisas descuentan que el producto de la recaudación de la hinchada, a través de múltiples negocios vinculados a las presentaciones futbolísticas del equipo mendocino. Además, consideran que solamente manteniendo el control operativo de la hinchada el jefe pudo lograr que durante su ausencia obligada no se desataran internas en la barra brava.

Otra vinculación entre el fútbol y el periodo durante el cual Aguilera se mantuvo en la clandestinidad, es que en Buenos Aires el jefe de la barra del Tomba recibió apoyo de hinchadas amigas de la del conjunto mendocino. De lo contrario, difícilmente hubiese podido mantenerse seis meses en la clandestinidad.

En una primera instancia, los investigadores locales sospecharon de una acción directa de la barra brava de Estudiantes de la Plata. Sin embargo, en los últimos días la presunción más firme es que la conducción de la hinchada de Chacarita fue la que acompañó y ayudó al Rengo a vivir en Once, a pesar de la orden de captura que pesaba en su contra.

El jefe de la barra del Tomba se mantuvo prófugo durante seis meses, desde el 19 de noviembre del año pasado. En un allanamiento realizado en un barrio privado de Maipú, en una vivienda que sería de una mujer relacionada con Aguilera la policía encontró a un miembro de la barra brava de Estudiantes.

El hincha platense no tenía pedido de captura judicial, aunque sospecha la policía que estaba refugiándose de un posible ataque de una facción contraria dentro de la misma hinchada.Aguilera se profugó de Mendoza tras ser acusado de balear a Jonathan Exequiel Tello, quien finalmente fue asesinado.