“Haydée nunca había volado, en avión ni en nada. Les pidió a sus hijos y nietos que el regalo de sus 91 años tenía que ser un vuelo en paratrike. Sus familiares primero vinieron a nuestro predio a conocer la actividad y se quedaron tranquilos al ver que era totalmente seguro. A la semana siguiente vinieron con Haydée”, relató Marcelo, quien en sus 7.500 horas en el aire y más de 5 mil vuelos bautismo nunca había tenido una pasajera de estas características.
“Una vez llevé a mi tía, de 83 años, y en otra oportunidad a un hombre de 87. Haydée fue una pasajera de lujo. Disfruté mucho de su tranquilidad y alegría. Quedó absorta con el vuelo, especialmente cuando en la altura apagué el motor y nos quedamos varios minutos planeando en absoluto silencio”, añadió.
Nacida en Carlos Tejedor pero radicada en González Catán desde hace 50 años, Haydée se interesó por la actividad cuando viajando por las rutas de la zona observó las coloridas velas de los paramotores surcando el cielo de Cañuelas.
“Fue una belleza, me encantó. Pensé que iba a tener miedo, pero nada de nada. No pensé que era tan lindo andar allá arriba”, comentó tras la experiencia, anticipando su próximo objetivo:“Ahora quiero hacer un vuelo en paracaídas, pero voy a dejarlo más adelante, primero tengo que hacerme unos controles médicos”.
Fuente: Info Cañuelas