La Fuerza Aerea realizó un simulacro de búsqueda y rescate. La experiencia de un civil que por primera vez se sube a uno de estos "elefantes alados".

Así fue mi vueltita en Hércules

Por UNO

Por Nacho Castro

Viajar por primera vez en un avión Hércules, que hace 40 años presta servicio a la Fuerza Aérea Argentina es una experiencia horrible. Este viernes se realizó en Mendoza un simulacro de búsqueda y rescate en combate en la IV Brigada Aérea, y diariouno.com.ar se subió a “La Chancha” -tal es el nombre del avión- para vivir en carne propia la experiencia de volar como si fuéramos un soldado de la fuerza.

 

La llegada a la pista, los preparativos del Grupo de Operaciones Especiales (GOE) y el despegue abordo del Hércules es una vivencia cargada de nerviosismo y adrenalina que rápidamente queda atrás luego de permanecer más de una hora arriba de la aeronave.

La operación consistía en simular un rescate de un piloto en territorio enemigo. Un helicóptero Bell 212 con 6 efectivos del GOE que descienden haciendo rapel, dos aviones Pampa, dos Pucará y 12 paracaidistas sobre el Hércules C 130 donde viajamos.

Pero lejos de la adrenalina de los primeros minutos, el viaje en “La Chancha” comenzó a transformarse en una pequeña tortura cuando la temperatura dentro del avión comenzó a subir considerablemente y las poco sutiles maniobras de ese elefante alado comenzaron a repercutir sobre el grupo de civiles que poco acostumbrados estábamos a ese tipo de viajes.

La compuerta finalmente se abrió luego de más de una hora de viaje, los paracaidistas pudieron hacer su lanzamiento al vacío para llegar a tierra firme y comenzar el rescate. Esa apertura trajo una bocanada de aire fresco al interior que rápidamente se perdió al cerrarse.

El calor, el encierro y los sacudones volvieron a apoderarse del interior de La Chancha hasta que finalmente aterrizamos. Muy lindo el viaje, una experiencia enriquecedora, pero es la última vez que me subo a un Hércules.

►Leé la nota completa para conocer cómo fue el simulacro