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Argentina le reclama a Francia que le devuelva el cráneo de un indígena tehuelche

Por UNO

Henry de La Vaulx (1870-1930) fue un aventurero francés que cobró fama en su país por sus viajes en globo y por ser uno de los fundadores de la Federación Aeronáutica Internacional. Pero antes de eso recorrió por tierra unos 5.000 kilómetros de la Patagonia para ver paisajes, rocas, plantas, animales y humanos y recolectar muestras para científicos de su país.Profanaba tumbas en busca de restos de indígenas mapuches y tehuelches y en una de ellas, en 1896, se hizo con el cráneo de un joven de apellidos Liempichun Sacamata. La caja ósea acabó en el Museo del Hombre de París, e incluso estuvo exhibido al público hasta 2009. Ahora Argentina reclama que sea restituido a sus descendientes.

“La Vaulx justificaba lo que hacía al profanar tumbas y robar sus esqueletos, e incluso en su crónica sobre el viaje a la Patagonia explica a un aborigen que lo increpa por haberse llevado los restos de su antepasado que los pondría en Francia dentro de una bella vitrina, en un gran templo que se llamaba museo, donde una multitud de visitantes iría a admirarlos, ya que estarían mucho mejor ahí que bajo la tierra”, contó el historiador argentino Julio Vezub, que halló el cráneo de Liempichun en un viaje de investigación que, con financiamiento del ayuntamiento de París, hizo en 2009.

Vezub estudiaba por aquel entonces las colecciones de La Vaulx en el Museo del Hombre, uno de los más importantes de antropología del mundo. Allí se exhiben piezas desde la Prehistoria hasta otros 100 cráneos y 12 esqueletos sin identicación de pobladores originarios de las regiones pampeana y patagónica de Argentina.

En el museo estaban los restos de Sara Baartman, conocida como la Venus Hotentote, una mujer de la etnia sudadricana khoikhoi que había sido esclavizada por los británicos y exhibida en zoológicos de Londres a comienzos del siglo XIX. El Gobierno de Nelson Mandela (1994-1999) logró la restitución a su país.

Apenas Vezub encontró el cráneo identificado de Liempichun, sobrino del cacique Sacamata, avisó a un vecino de su ciudad patagónica, Puerto Madryn, que dirige una comunidad mapuche tehuelche, Ángel Ñanco Sacamata. A partir de entonces, los familiares descendientes de aquel indígena del siglo XIX comenzaron las gestiones para recuperar los restos, de modo que pudieran llegar a enterrarlos allí donde está la tumba, en el pueblo de Sarmiento, en la provincia de Chubut. El Grupo Universitario de Investigación en Antropología Social (GUIAS) ha orientado a los indígenas en el proceso burocrático.

Fuente: El País de España