El hecho ocurrió alrededor de las 14.30 cuando tras salir del barrio en el que reside, la magistrada enfiló hacia el Corredor del Oeste con sus dos perras para llevarlas a la peluquería.Al llegar a la altura del barrio La Estanzuela, en Godoy Cruz –se dirigía a Chacras de Coria– recibió una violenta pedrada en el parabrisas y otra en la ventanilla del acompañante.Este último proyectil pasó por delante del rostro de la jueza que afortunadamente no fue alcanzada, aunque muchos vidrios impactaron en su cuerpo y otros terminaron en la pareja de perros, pero sin lastimarlos.En ese momento la magistrada experimentó una gran confusión y temor porque no tenía claro de dónde provenía la piedra pero más aún, según explicó a UNO, temía que unos metros más adelante la estuvieran esperando algunos motochorros para atacarla. Este temor la hizo reaccionar a tal punto que apretó a fondo el acelerador pese a tener todo el vidrio roto y siguió su camino en busca de ponerse a salvo. Incluso no radicó la denuncia porque debía concurrir a la Oficina Fiscal de La Estanzuela y eso significaba quizás ir al encuentro de sus atacantes, lo cual podría haberle resultado grave.Dentro del auto quedaron desparramados vidrios por todos lados. Es un milagro que la magistrada se haya salvado de terminar con lesiones o que se produjera un accidente.►14.30 fue la hora en que una piedra de gran tamaño destrozó el vidrio del lado del acompañante y rozó la cara de la jueza Mauricio, sin herirla.
En 2009, en un hecho similar mataron al empresario Olmo El violento ataque a Mauricio trae a la memoria el que sufrió el empresario Juan Manuel Olmo (58), dueño de la Avícola Luján, quien falleció el 10 de noviembre del 2009 al recibir una pedrada que fue arrojada a su camioneta. Fue en horas de la noche, cuando regresaba a su casa en Maipú. Tras el impacto, el vehículo derrapó, cayó a una acequia y Olmo murió.El hecho, registrado a las 22.45 –según el reloj de la víctima–, sucedió apenas el hombre había cruzado con su Ford F100 XL el puente de Paso y Terrada, en Carrodilla, Luján.Adelante suyo, en otro vehículo, circulaba su hermano Antonio y 400 metros atrás iba la camioneta Saveiro al mando de su sobrino Rubén Masud.Todos habían mantenido una reunión empresarial en la avícola Luján, ubicada en el Acceso Sur, propiedad de Antonio y Juan Manuel. El motivo eran los planes de expansión de la empresa familiar. Antonio es el presidente mientras que la víctima ejercía la vicepresidencia.
Despedida antes de la tragedia El empresario salió a la playa donde tenía estacionada su camioneta y como hacía habitualmente fumó un cigarrillo. Luego se despidió de Antonio y Rubén Masud y enfiló hacia su casa, a la que nunca llegó. Un desconocido arrojó desde lo alto una pesada piedra –se estima de aproximadamente dos kilos–, que hundió el parabrisas, le arrancó parte del rostro y tras romper la luneta hizo lo mismo con el vidrio de la cabina.El impacto contra la cara del hombre, que quedó prácticamente destruida, le hizo perder el dominio del volante y a lo largo de 150 metros el vehículo, fuera de control, dio tumbos hasta que finalmente cayó en un canal, de costado, frente al barrio El Marquesado.