La guía propone un abordaje sanitario enmarcado dentro de los derechos de niñas, niños y adolescentes, detallando pautas concretas para la atención médica de adolescentes alcoholizados.
Enumera los derechos a recibir asistencia integral y personalizada, a ser atendidos sin discriminación y con el máximo respeto, a que se mantenga la confidencialidad de toda información relacionada con la consulta, a estar de acuerdo con el tratamiento, y a recibir información veraz y comprensible sobre la consulta, y las alternativas terapéuticas.
Ofrece además “una estrategia facilitadora de la inclusión del Consumo Episódico Excesivo de Alcohol (Ceea) como problema sanitario, ofreciendo recomendaciones para la atención integral de la urgencia y su seguimiento posterior”.
Si bien el material surgió por los festejos del 21 de setiembre, en los que los jóvenes suelen consumir grandes cantidades de alcohol, el mismo trasciende claramente lo coyuntural. Sucede que, según datos estadísticos oficiales, “casi un millón de chicos de 13 a 17 años sufren consecuencias físicas y psicológicas por la ingesta de bebidas alcohólicas”.
El viceministro de Salud, Eduardo Bustos Villar, aseveró en ese sentido: “La realidad señala que en la actualidad se ha naturalizado el consumo excesivo de alcohol, provocado por una multiplicidad de causas”.
Según el Ministerio, “en los últimos años se han producido cambios en la modalidad de consumo de alcohol que se manifiestan en la disminución de la edad de inicio, promediando los 13 años, con un mayor consumo en los fines de semana, en un período corto de tiempo”.
Esto determina que se registre un aumento en el ingreso a las guardias hospitalarias por intoxicación alcohólica aguda y complicaciones relacionadas con esto.
Por su parte, la directora nacional de Salud Mental y Adicciones, María Matilde Massa señaló: “Las bebidas alcohólicas nos exponen a situaciones de violencia y aumentan el riesgo de mantener relaciones sexuales sin uso de preservativo”.