Por Lucio [email protected]
El Deportivo Maipú dejó un largo invicto en su estadio. Ahora los Cruzados están fuera de la zona de clasificación. Video.
El Deportivo Maipú dejó un largo invicto en su estadio. Ahora los Cruzados están fuera de la zona de clasificación. Video.
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Los centros, los rebotes y las pelotas que sacaba el arquero o las que pasaban cerca del arco de Cipolletti no alcanzaron para tapar la tarde negra del Deportivo Maipú. Ni para disimular la derrota por 2 a 1 ante Cipolletti de Río Negro, ni para apaciguar esos primeros 45 minutos de confusión y desorden.
Además, la caída y los insultos de algunos hinchas cruzados desembocaron en las sentidas palabras del DT Carlos Sperdutti anunciando que no seguiría y en los duros dichos del presidente de los Botelleros, Omar Sperdutti.
Aunque en el segundo tiempo, con tres cambios, el planteo del local varió y sólo se puso a un gol del empate, Maipú alteró la fortaleza anímica en base al fervor, pero lejos de una demostración práctica y efectiva. Fueron arrebatos de una mejoría pero con dos goles abajo se le complicaba el panorama y dejaba grandes espacios para el juego de contragolpe de los sureños. Así, el resultado y la estrategia le quedaron justo a medida al equipo visitante.
En la primera parte, los rionegrinos ejercieron el control de la pelota. Tuvieron a disposición el juego porque sus volantes estaban en el lugar indicado y hacían presión cuando el rival tenía el balón. Tocaban rápido y molestaban al arquero Luis Bonacci, con Santiago Vergara como principal exponente de la certeza, además del despliegue físico. El hábil volante visitante hizo estragos y fue el abanderado del gran juego que desplegó su equipo. Los mediocampistas cruzados nunca pudieron descifrar sus gambetas y pases profundos.
Y llegaría el desenlace amargo para el local cuando lo tuvo Urbano al eludir al arquero de Maipú; la pelota dirigida fue sacada sobre la línea por Acosta y quedó para Bonacci, quien no la tomó con las manos y se la dejó al mendocino Oscar Negri para que lograse el primer gol.
Era todo de la visita, hasta que bajaron al Tanque Suraci en el área. El penal, de Morán, lo atajó Ferreyra y en el contragolpe llegó el segundo de los visitantes. Una muestra de efectividad y de cómo se saca provecho de una situación adversa.
Después vendría un replanteo cruzado que se produjo con más coraje futbolístico que con inspiración.
El arquero Ferreyra contuvo varias (a Parisi, Reyes y Leguizamón) hasta que un cabezazo de Parisi fue gol y abría esperanzas para los locales.
Pero Cipolletti tenía las más claras, como un remate de Negri que pasó cerca, uno de Urbano en el travesaño y otro que Duarte salvó cuando entraba.
El Blanquinegro no fue tan desnivelante como en el primer tiempo, no era dominador y tampoco fue efectivo,pero llegaba y alteraba a la defensa local. Fue un partido raro que podría haber sido una goleada de Cipolletti o transformarse en un empate cruzado.
Todo muy finito en el resultado, pero con grandes diferencias en la cancha. Regalar un primer tiempo cuesta muy caro.