Las cosas no salieron como la mayoría soñó la noche anterior a la final. No sólo por el resultado adverso que le impidió a San Martín conseguir el ansiado ascenso, sino porque un grupo de inadaptados terminó arruinando lo que pretendió ser una verdadera fiesta.
Los primeros incidentes se vivieron en la popular sur del local, entre dos facciones de la barra. El partido estuvo detenido durante unos minutos, pero el cordobés Ceballos decidió dar rienda suelta a lo que después terminaría saliéndose de control.
El Chaca perdía y parecía imposible remontar la desventaja, por lo que un grupo de simpatizantes decidió que el partido debía terminar. Ante la inminente invasión, la policía formó un cordón enfrente de la nombrada tribuna, descuidando así otra de las entradas, que finalmente fue por dónde ingresaron los hinchas.
Mirá cómo se fueron desatando los hechos que terminaron con jugadores, público y prensa afectados por el gas pimienta, amenazas, violencia y dos apuñalados a la salida.
Fuente: Diario UNO Mendoza
