Lucio Ortiz
Tenía la cara aplastada contra la reja que separa la tribuna de la cancha. También comenzó a sentir cómo su cuerpo se comprimía contra el vallado. El chico de 13 años, no podía darse vuelta ni para ver a su padre que estaba al lado.
El arquero Bruce Grobbelaar, de Liverpool, que jugaba la semifinal de la Copa Inglesa ante Nottingham Forest, en el viejo estadio Hillsborough de Sheffield, se dio cuenta de la gravedad. La gente le pedía a gritos que no podía respirar.
Cuenta Bruce que habló con una mujer policía y tuvo como respuesta “No puedo abrir la valla hasta que un superior me de la orden”.
La ciencia médica dice que “la asfixia ocurre cuando el suministro de oxígeno de una persona se corta y el aire no puede llegar a los pulmones y al suministro de sangre que los rodea. La muerte por asfixia puede ocurrir por diferentes cosas, algunas veces es accidental y algunas veces es un homicidio”.
La falta de aire y la compresión del tórax y el abdomen terminaron con la vida del adolescente, de su padre y totalizó 96 víctimas.
El 15 de abril de 1989 quedó como “La tragedia de Hillsborough”. Apenas se habían jugado 7 minutos cuando las avalanchas llenaron la atención en la tribuna, en donde estaban los simpatizantes de Liverpool.
En ese lugar había 24 mil hinchas y la policía inglesa dejó ingresar a 4.000 más que intentaban forzar el portón de entrada. A esa negligencia le siguió la apuntada de no abrir los ingresos al propio césped.
Sólo pudo entrar una ambulancia (de 44 que llegaron), y no daba abasto para atender a los lesionados por asfixia u otras lesiones, entre ellas estaba un niño de 10 años, Jon-Paul Gillhooley, primo de Steven Gerrard, actual jugador de Liverpool.
Habían viajado 100 kilómetros para ver a su equipo pero 96 no pudieron volver y además el incidente dejó 766 heridos.
Durante 23 años se tomaron declaraciones e informes incluso de 164 de los policías que estaban en el estadio, de las cuales 116 se cambiaron o se destruyeron. La corrupción de Scotland Yard fue reconocida hace dos años y el primer ministro David Cameron dijo “fue un fallo policial en el control de acceso como principal motivo de la catástrofe. Pido mi más profundo perdón a las familias, los aficionados del Liverpool no fueron causantes de la tragedia”.
Además se pudo salvar la vida de 41 personas que la policía dio por muertas y se trató de encontrar antecedentes penales o motivos de des-prestigio en los fallecidos que dieron negativo en alcoholemia tras la autopsia.
La policía hizo cualquier cosa para encubrir la incompetencia de sus agentes.
Año tras año se recuerda el hecho y se pide justicia. Ya van 25 homenajes a las víctimas de Hillsborough y el dolor de tantas familias sigue latente.
Fuente: Diario UNO Mendoza