"Estamos muy orgullosos de nuestro trabajo tras esta victoria conseguida al otro lado del mundo", comentó Ogier.
"Un nuevo triunfo nos aseguraría el título de pilotos. Sería magnífico hacerlo en Francia (a principios de octubre)", añadió.
Latvala lo tendrá muy difícil para remontar en las dos próximas competiciones, en Alsacia (Francia) y Cataluña (España), que se correrán sobre asfalto, una superficie en la que no es especialista.
El finlandés, segundo a 6,8 segundos tras más de 300 km cronometrados, hizo algo más que defenderse y fue el más rápido en siete especiales (por las diez de Ogier), incluida la Power Stage.
"Intentamos hasta el final meter presión a Sébastien (Ogier) y Julien (Ingrassia, su copiloto) pero han sido imbatibles", se lamentó Latvala que pese a ello se mostró contento por el "fantástico éxito" de Volkswagen.
Con el tercer puesto de Mikkelsen, que terminó justo por delante del británico Kris Meeke, Volkswagen logró en Australia un triplete histórico y obtiene un segundo título de campeón del mundo por equipos, con un total provisional de 348 puntos en la clasificación, muy por delante de Citroën (154), Ford (146) y Hyundai (141).