Schumacher, siete veces campeón de la F1, sigue en un coma artificial desde el 29 de diciembre pasado, tras sufrir graves lesiones cerebrales, pese a llevar casco, al caer mientras esquiaba en los Alpes franceses, reportó la agencia ANSA. "Siempre supe que Michael era adorado. Pasé años en circuitos empapados en rojo por las banderas de Ferrari por Michael. Todavía estoy asombrado por la profundidad y persistencia del amor de sus fans hacia él", contó Harstein. El médico consideró "perfectamente posible y, de hecho, probable" la información de que Schumacher perdió el 25 por ciento de su peso corporal, al tiempo que criticó el auxilio que recibió el expiloto apenas se produjo el acciente, en Meribel. Harstein, de 58 años, citó al Sun (diario) "fuentes absolutamente impecables" para asegurar que "una serie de desatenciones" agravaron las ya de por sí dramáticas condiciones de salud de Schumacher apenas producido el accidente. "No se trasporta un paciente con sospecha de trauma craneano a una estructura que no dispone de una sección de neurocirugía", criticó el médico estadounidense, al recordar que Schumacher fue trasladado primero en helicóptero a un pequeño hospital de Moutiers y, desde allí, a Grenoble, en donde fue operado de urgencia el mismo día y en donde sigue internado. Más optimistra se mostró la manager y portavoz de la familkia Schumacher, Sabine Kehm: "Somos y seguimos siendo optimistas sobre que Michael conseguirá salir del coma y se despertará", en declaraciones publicadas hoy en la edición digital del diario alemán Bild y recogidas por DPA. Kehm rechazó las especulaciones sobre si fue un error trasladar al piloto primero al Hospital de Albertville-Moutiers para luego derivarlo a la Clínica Universitaria de Grenoble, haciendo que se perdiese tiempo fundamental para la salud del piloto. "Luchamos junto al equipo médico, en el que confiamos, para que se recupere", se limitó a contestar la manager de la leyenda alemana de la Fórmula 1, siete campeón mundial.