Néstor Pitana será el segundo argentino en dirigir la final de un Mundial. El primero fue Horacio Elizondo, quien fue el encargado de pitar en Italia-Francia, el partido decisivo de Alemania 2006.
El argentino fue protagonista de un encuentro que dejaría varias postales para el recuerdo. El penal a favor de Francia, la exquisita definición de Zinedine Zidane desde los doce pasos, y el más emblemático de todos: la expulsión del 10 francés tras el cabezazo a Marco Materazzi. A Elizondo no le tembló el pulso cuando tuvo que mostrarle la roja a Zizou, quien jugaba su último partido en el seleccionado nacional.
El partido terminaría 1-1 y la definición por penales sería favorable a los italianos, que levantaron su cuarta Copa del Mundo.