En la goleada por 4 a 2 de Racing sobre Boca, el árbitro Germán Delfino tuvo una floja labor, amparada sobre todo en la sanción de ¡tres! penales más que polémicos que terminaron torciendo el rumbo del encuentro.
Primero, Delfino vio un imperceptible penal de Marcos Acuña a Alexis Rolín, que exageró en la caída tras sendos agarrones y si bien Nelson Ibáñez se lució al atajar el disparo de Cristian Chávez, el ex Banfield capturó el rebote y descontó empujando el balón con la cabeza.
Pero inmediatamente, la indignación se cruzó de vereda y la polémica estuvo del otro lado. Tras un centro al área de Boca, el árbitro cobró penal. ¿Qué vio? Una falta de Lisandro Magallán muy difícil de apreciar y que, para colmo, le valió la amonestación al defensor.
Amonestación que se iba a convertir en roja minutos más tarde, cuando el ex Gimnasia interceptó con infracción a Bou tras una buena jugada individual. ¿Cuál fue la polémica? Que la falta fue fuera del área y Delfino, que a a esa altura ya se le había ido el partido de las manos, la vio adentro.