Podría haber sido peor si no fuese por el presidente de San Martín de Tucumán, Roberto Sagra, quien actuó rápidamente para proteger a los dirigentes de Independiente Rivadavia de la violencia de los hinchas locales.
Alberto Rez Masud, vicepresidente primero de la Lepra, contó en diálogo con Radio Nihuil que al finalizar el encuentro el ambiente se caldeó, tuvieron que resguardarse en el palco y los jugadores debieron esperar que la Policía reorganizara el operativo para poder salir del estadio. Los hinchas se enojaron no solo por el resultado sino por la actuación del árbitro Andrés Merlo, quien fue mirado de reojo desde un comienzo por su condición de sanrafaelino.