El rugir de los motores de las motos le pone música a las noches hondeñas en la previa del Gran Premio de la Argentina del MotoGP, a correrse este domingo desde las 16.00, en el circuito internacional de Termas de Rio Hondo, Santiago del Estero.
Esos motores afinados en máquinas de alta como baja cilindrada y hasta los modernos triciclos se confunden cada noche, hasta las primeras horas del día, con la música electrónica que le suman los más jóvenes.
Frente al Casino, en la plaza central de la ciudad, en la intersección de las avenidas Alberdi y Rivadavia, cientos de familias se dan cita con los fans del motociclismo para disfrutar de un espectáculo inusual.
Guitarras y bombos, zambas y chacareras pasan a un segundísimo plano para los santiagueños al imponerse la música de un evento que le está permitiendo a la ciudad un crecimiento económico.
Hasta bonitas y contorneadas jovencitas que bailaban con diminutas faldas y tops sobre una camioneta, promocionando una marca, casi pasaban desapercibidas porque anoche las motos eran las mejores 'novias' de los románticos apasionados por las máquinas de dos ruedas.
Para la noche del sábado se espera una concurrencia mayor, con mucha más fiesta, a la espera de lo que será la fiesta mayor del MotoGP, con el escenario que se habilitará mañana desde las 8.00 para los espectadores.
El trazado principal presentará movimiento desde las 9,40 con el calentamiento previo de los rodados y desde las 13.00 con las carreras oficiales de Moto3 y Moto2, hasta que a las 16.00 se largue el Gran Premio de la categoría de 1000 centímetros cúbicos
No todo pasa por la música y la plaza, también, por los restaurantes agolpados de comensales en todo el centro, a toda hora.
Desde este sábado se formaron largas filas en el Centro Cultural General San Martín para retirar los tickets de las localidades reservadas por Internet y otras para adquirir las últimas entradas disponibles, las más caras, alrededor de los 2 mil pesos.
Claro que las más onerosas eran las de 15 mil pesos, a cuyos adquirentes se los beneficia con una recorrida por los boxes y tomar alguna fotografía con los pilotos.
La entrada más económica era de 300 pesos, para las ubicaciones más distantes de las tribunas, y nada económico es el menú en los distintos puestos gastronómicos del paddock, donde comer sabe a salado.
Por ejemplo, hamburguesa con papas fritas y gaseosa ronda los 200 pesos; en cambio, algo más accesible es el menú del restaurante del Museo del Autódromo.
Por último, la referencia del tiempo, que para los lugareños se hace imperioso que llueva para que bajen las temperaturas de estos días que orillan los 36 grados de sensación térmica.
Para los pilotos también, porque así se puede limpiar mejor la pista del circuito, que en las pruebas libres generó la protesta de los competidores porque no podían desarrollar altas velocidades por las piedras en el camino, que a más de uno le produjo huellas en los neumáticos, poniendo en riesgo su físico y a las máquinas.
Lo cierto es que la tarde del sábado apareció nublada en Termas de Rio Hondo, con una baja probabilidad de chaparrones, pero para mañana se anuncian lluvias fuertes y con descenso de temperatura, con la máxima que rondaría los 25 grados.
Eso sí, nada o prácticamente nada impedirá que se desarrolle el mayor festival de motociclismo de Sudamérica.