Tiene 48 años. Y durante 25 se dedicó a correr Dakar. Por eso, ante una pregunta obvia, la respuesta también lo es. Por supuesto que esto le cambió la vida. Es más, el Dakar "es" su vida. Todo gira en torno a él. Pero por más que eso suponga estar en presencia de un tipo duro de verdad, Stephane Peterhansel muestra su costado más sensible en un mano a mano con Ovación. Por ejemplo, que nada de la repercusión que va asociada a sus éxitos le interesa, sino la pasión que lo moviliza a seguir eligiendo los caminos. O como que desde que se pasó a cuatro ruedas, no le teme a la muerte. Y más, develó porque después de haber marcado el récord de 6 victorias en motos, decidió bajarse de ellas. ¿Por el mayor peligro? ¿Por la edad? No, porque se sentía solo.
Monsieur Dakar, apodo que llegó indefectiblemente con aquellas victorias pero sobre todo cuando empezó a sumar los 5 títulos en autos que lo hicieron el recordman en ambas especialidades y en la general, confiesa que le da placer el mote. Y aún con tanto camino recorrido y tanto por recorrer, es capaz de aceptar gustoso la entrevista con Ovación sin mostrarse apurado. Quizás porque siempre lo está y es bueno bajar un cambio. Aún después de ayer, cuando volvió a ganar una etapa y puntea la general (ver aparte).
"No entiendo el español", dice de entrada, pero entiende cada pregunta que se le hace, antes de que intervenga la traductora italiana Claudia Dino, que facilitó el clima para que la entrevista no sólo pase por su faz deportiva sino por la íntima. Y así salió la charla con este francés nacido en Vesoul, sin desdoblar la entrevista, como debe ser ante un número uno como él.
—¿Cuál es la motivación de seguir corriendo con tanta gloria y con tantos Dakar ganados?
—Para mí la motivación es fácil de encontrar porque la competición es ¡sólo placer y pasión! (acentúa las palabras). No es como un oficio normal, es placer, pasión. Es natural, es verdaderamente placer. La motivación es esa (lo remarca).
— ¿En qué momento de su vida decidió bajarse de la moto y pasarse al auto?
—Hace 15 años que lo decidí.
—Pero, ¿por qué?
—Hay dos razones. La moto era demasiado peligrosa y la soledad con la moto... En los momentos lindos y en los duros, siempre estás solo con la moto.
—¿Entonces no piensa en volver sobre una moto nunca más?
—¡No!
—¿Pero sigue usando la moto en su vida privada?
—Sigo haciendo pequeñas competiciones pero no el Dakar que es muy duro y es la competición más dura del mundo. Siempre tengo la pasión por la moto. Corro un poco pero Dakar ya no.
—¿Tiene motos en su casa?
—Uhh, lleno de motos (risas).
—Cyril Despres puede alcanzar su récord de victorias en motos, ¿no sería una motivación para volver a las dos ruedas?
—Si volviera a conducir moto no tendría una buena performance, no tendría la velocidad suficiente. Soy demasiado grande de edad y aunque yo quisiera no podría.
—¿Sí le gustaría mantener el récord de seis victorias?
—Siempre es bueno tener un récord pero todos los récords están para ser batidos. C'est la vie!! (Así es la vida!!).
—¿Siente que Nasser Al-Attiyah u Orlando Terranova son rivales suyos?
—Al-Attiyah sí claro, pero adentro del equipo yo pienso que el más peligroso es el que está acá al lado (y lo señala), Nani Roma. Y claro, después Al-Attiyah o Terranova.
—Ya va por el sexto Dakar en Argentina, ¿extrana Africa?
—Africa es el comienzo del Dakar, es la verdadera historia del Dakar con un espíritu muy distinto. Sí, a veces extraño un poco Africa pero tengo que decir que en América del Sur hay realmente una competición de nivel muy alto. Hice muchos años en África, ¡20 años! y me gusta descubrir otros países como los de América del Sur. Hay problemas más profundos para hacer el Dakar en Africa, problemas geopolíticos y son cada vez más importantes y graves. La situación no se está estabilizando y arreglando, sino empeorando. Hay cada vez más tensión. Lo que es seguro es que el Dakar no va volver a África antes del fin de mi carrera (Peterhansel se preocupa que haya entendido bien la palabra carrera).
—¿Hasta cuándo esta vida profesional? ¿Cuántos años más?
—No sé, pero estoy seguro de que ya he hecho lo mayor de aquello que me falta.
—¿Entonces ya pasó la mitad?
—Sí, mucho más que la mitad! Tal vez siga por dos o tres años más.
—¿Y después a qué te vas a dedicar? ¿Entrenador para Dakar?
—(Risas) No, a la playa, a visitar otros países. A viajar por puro placer. ¡Y tal vez en moto!
—¿Se siente un hombre con mucha gloria? ¿Y si es así, la gloria lo cambió en algo?
—Para mí el éxito no es importante, sino la pasión para la competición. Me gusta ganar, pero la televisión, los medios, los periodistas no es lo que me hacen feliz. La gloria para mí no es importante, para nada.
—¿De verdad, para nada?
—¡Nada!
—¿Y el hecho de haber ganado tanto no le ha cambiado nada?
—Toda mi vida profesional gira alrededor del Dakar. Desde hace 25 años el Dakar es mi primer objetivo. Y entonces sí, el Dakar ha cambiado mi vida.
—¿Y todo el año la pasa entrenándose para el Dakar?
—Sí!
—Entonces está muy bien que lo llamen Monsieur Dakar.
—Hace ya unos años que unos periodistas me llaman Monsieur Dakar. Para el palmarés sí me gusta ese nombre, es un placer.
—La última pregunta antes de dejarlo tranquilo. Todos los años se dice que el Dakar es más duro que el anterior. ¿Realmente lo estás viviendo así?
—Creo realmente que este Dakar es más duro que los otros porque las distancias son más largas y hay más dificultades. Sin embargo los Dakar en América del Sur siempre han sido muy lindos. Pero son competencias más fáciles que en África.
—No va a ser más difícil que los de África entonces.
—Tal vez no más difícil que en África pero el más difícil de los Dakar en America del Sur.
—¿Los de Africa siempre fueron más difíciles?
—Sí, mucho más.
—Ahora sí voy a la última?
—(interrumpe) La última de la última de la última (risas).
—El temor a la muerte está presente en un piloto que hace tanto que compite.
—(Se pone serio). Había miedo con la moto, pero con el auto realmente no lo hay. En el auto el miedo no existe. ¡Hay una sensación de seguridad dentro de la cabina! Igual hay mucha adrenalina porque hay mucha velocidad y muchos deslizamientos.
—Ahora sí es la última pregunta: ¿Dónde siente más adrenalina, con el auto o la moto?
—¡Con la moto!
Fuente: Diario La Capital (Rosario)