Yo puedo hablar algo de esto, porque me tocó vivirlo. Pero no lo hago porque se perdió ante losalemanes, sino porque suponía que Maradona había asimilado algo de los técnicos que tuvo, pero creo
Yo puedo hablar algo de esto, porque me tocó vivirlo. Pero no lo hago porque se perdió ante losalemanes, sino porque suponía que Maradona había asimilado algo de los técnicos que tuvo, pero creo
Fue esclavo de sus palabras, porque los primeros resultados logrados confundieron a muchos,incluso a él, y sobre todo a los periodistas maradonianos.
También está lleno de contradicciones, porque dijo que su equipo había jugado como losverdaderos argentinos lo hacen, pero no es así como juegan los argentinos. Está bien, se le ganó a
Nigeria, Corea del Sur, Grecia y México, todos rivales muy elementales, y hasta por momentos sedivirtieron con ellos. Pero cuando les tocó enfrentar al primer rival duro, Alemania, sedesnudaron.Y no es nada que hayan caído con Alemania, que en los primeros 25 minutos de juego nos dio unalección jugando, corriendo, defendiéndose y convirtiendo en el arco rival. Alemania jugó como los
sudamericanos: como Brasil o la Argentina, pero con mentalidad alemana.Sus jugadores son obedientes táctica y estratégicamente, y además se concentran en lo que hacen.También, como su historia les ha enseñado, los alemanes se mueven y juegan como un equipo.
Y lo que me molesta más no es que no ganáramos, sino que nos olvidáramos de jugar con marcadoresde punta –no con dos centrales improvisados como Otamendi y Heinze–, que son últimos hombres porque
pueden marcar y atacar cuando tienen la pelota. No como éstos, que se hacían un nudo cuandosubían.También que no pusiéramos a volantes que sepan recuperar la pelota, pero también administrarlacuando la tienen.
Y ni qué hablar de delanteros que sepan definir cuando llegan a la otra área, y no como ahoraque salían vacíos y llegaban cargados.
No estoy diciendo esto porque esté haciendo leña del árbol caído, sino porque esperaba más deMaradona y la Selección.
Le dieron una oportunidad única para dirigir. Y una competencia como el Mundial hay que vivirlade otra forma. No alcanza con decir que tiene a "jugadores que son unas fieras", sino que tiene que
respetar la tradición del fútbol del Río de La Plata.