Por franco BallabrigaEnviado especial de diario UNO
Llegar a Salta fue saber que hasta dentro de tres días no viajaremos y que por eso misma cantidad de tiempo volveremos a dormir en una cama, por lo que dejaremos -en muchos casos- la carpa guardada, lo que demandará menos esfuerzo a la hora de levantarnos.
Y una vez arribados al bellísimo predio del Centro de Convenciones nos encontramos con un Media Center imponente que posee aire acondicionado y mucho más espacio para trabajar, por lo que justamente todo se hace mucho más cómodo.
Pero nuevamente la noticia de una muerte pega duro en nuestro ámbito y la manera de armar la cobertura diario ya no es la misma, cambia bastante, sobre todo en el ánimo. Y en ese media center se disparan para todo el mundo análisis y opiniones y en casi todas hay una coincidencia: el Dakar 2014 se tornó demasiado extremo. Los "veteranos" del Dakar, incluso aquellos que cubrieron varias ediciones en Africa, lo toman más naturalmente. Cuatro muertos (dos periodistas, un espectador y un piloto) en aproximadamente 12 horas es mucho y por momentos asusta. Pero acá todo sigue su curso y nadie parece ser más importante que el Dakar.
