Después de un año de intentar realizar cambios profundos en el sistema de campeonatos, el máximo organismo del fútbol argentino sólo anuló las promociones y realizó una variante para los descensos

La AFA está en promoción

Por UNO

Luego de un año con amagues de cambios revolucionarios, el fútbol argentino ha confirmado variantes superficiales en la estructura de la próxima temporada. Después de testear la voluntad de los hinchas y la dirigencia con bombas de humo informativas que proyectaban la idea de torneos más federales, unificación de categorías, campeonatos largos, suspensión de promedios y hasta la alocada idea de anulación de descensos por parte de algunos presidentes; al final el fútbol criollo tendrá mínimos cambios de estructura a partir de agosto.

La violencia semanal que enmarca la parafernalia del deporte más popular de la tierra lleva una vida sin soluciones de fondo, tan sólo con parches transparentes que desnudan todo lo que falta hacer en el área de prevención. Siempre escasearon ideas para resolver y sobró voluntad para prohibir.

Desde que se impidió el ingreso del público visitante en los torneos de ascenso se dijo que sería una medida temporaria para ajustar un mecanismo que garantizara la seguridad de todos los hinchas. El tiempo confirmó que aquellas fueron sólo palabras, y que los dirigentes estaban cómodos sin lidiar con los viajes de la barra, mientras los hinchas comunes pagaban culpas de otros. Hasta que River reinstaló el tema por prepotencia de convocatoria y sólo algunos clubes tuvieron la suerte de volver a jugar de visitante con hinchas propios, en otra pobre muestra de desigualdad y falta de organización dentro de la AFA.

Desde el descenso de River, los dirigentes vienen procesando cambios impulsados por el Fútbol para Todos (principal conducto de dinero en la AFA) para incluir a equipos populares en el negocio. Con Central, Huracán, Gimnasia, Quilmes y Chacarita en el ascenso se resquebrajó el nivel de convocatoria en primera. También se perdieron algunos clásicos que son plata y folclore en la cadena fútbol.

El simpatizante común reprobó los rumores y aquel proyecto de treinta y pico equipos quedó varado y empezó a sonar el modelo de torneo largo, utilizado en gran parte del planeta fútbol. Para justificar lo que parecía iba a venir, Germán Lerche y Nicolás Russo, presidentes de Colón y Lanús –habituales voceros de la AFA– dijeron que la anulación de las promociones y un torneo extenso bajarían tensiones en este histérico clima deportivo que nos toca vivir, con entrenadores que duran un suspiro en sus cargos y una gran ola de violencia en las canchas. Esa era la bandera que enarbolaba el relato.

Sin embargo, en la semana se confirmó que seguirá habiendo Apertura y Clausura con dos campeones, y aunque es cierto que se anularán las promociones a partir de agosto, se sumará un descenso directo y pasarán a ser 3 los que bajen de categoría por un sistema mixto de promedios y tabla general, con lo que se aumentará la presión de los que suelen vivir con la soga al cuello. Contradicciones para todos en una AFA que sigue en zona de descenso y quizá juegue promoción.