Juegos Olímpicos
La ceremonia de apertura promete ser una clara muestra de austeridad y de exaltación musical de la tolerancia.

Tolerancia y austeridad para la fiesta inaugural en Río de Janeiro

Por UNO

La fiesta inaugural de Rio 2016 promete ser una clara muestra de austeridad y de exaltación musical de la tolerancia, con apenas 45 mandatarios acompañando al presidente interino brasileño Michel Temer en el mítico estadio Maracaná.La fiesta exhibirá la variada cultura popular brasileña pero sin excentricidades ni lujos, cuando el gigante sudamericano vive una inédita crisis económica y política. Temer, quien apenas cosecha un nivel de aceptación del 22%, se someterá a un virtual referendo cuando declare inaugurados los primeros juegos de Sudámerica ante unos 70.000 brasileños. En recesión económica, Brasil además atraviesa una grave inestabilidad política que mantiene suspendida a la presidenta Dilma Rousseff, a la espera de que el Senado juzgue si será destituida por supuesta manipulación de las cuentas públicas. Los organizadores desmintieron, sin embargo, las informaciones de que hubieran mecanismos previstos para camuflar los posibles abucheos a Temer y trataron de desligar la política del espectáculo."Las ceremonias olímpicas quedan en la memoria colectiva, pero no se recuerda quién era el presidente (del gobierno) de España en Barcelona-92 o en Atlanta-96. Te acuerdas del espectáculo, de Mohamed Ali con la mano temblorosa al encender el pebetero o del arquero que lanzó la flecha en Barcelona", valoró Marco Balich, productor ejecutivo del espectáculo. La tolerancia contra la crispación en Brasil y gran parte del resto del mundo es la consigna que prevalecerá en la celebración en un país que respira danza y canto por toda su enorme geografía.