Como para empezar la charla, Almirón se animó a hablar de su pasado en México donde estuvo en un lugar muy cercano donde el Chapo Guzmán hacía de las suyas como uno de los jefes narco más buscados del planeta.
“Yo viví en Culiacán. Es una ciudad chica. Cuando llegué a jugar, un mes antes, habían asesinado al hijo. Se desató una verdadera guerra. Allí hay muchas historias”, recordó Almirón y agregó: “Habían 2 mil militares. Las salidas a las rutas estaban todas cerradas. Fue un momento difícil”.
“Es una ciudad muy particular. Mucha gente relacionada con esto de la droga. Tiene rutinas. Hay mucha opulencia. Yo nunca tuve problemas”, continuó.
Ya metiéndose en clima de partido, Almirón aclaró el tema Leonardo Sigali: “No está en la lista de concentrados, pero lo vamos a esperar hasta el final. Tendría que infiltrarse para jugar, pero es un riesgo para él. Eso lo va a decidir Sigali”.
“Le tengo confianza a Olivares para reemplazarlo. Arsenal no es un equipo que genera espacios. Por eso tal vez me inclino por la línea de tres”, explicó.
“Nuestros defensores asumen un riesgo diferente ya que intentamos cortar juego en la mitad de la cancha. Con Arsenal, seguramente será un partido muy cerrado. Vamos a tener que ser dinámicos para poder abrirlo. Ojalá que los jugadores estén lúcidos”.
Y siguió: “Vamos a tener chances de gol, no sé si muchas o pocas. Pero las que tengamos vamos a tratar de capitalizarlas”.
Respecto de la carencia de gol que tiene hoy en día el Expreso y sobre la situación de Mauro Óbolo, Almirón explicó que “no es que banco a morir a Óbolo, lo que pasa es que tiene una o dos situaciones, la pelota no entra y ya la culpa es toda de él. Pero no es así. Yo como entrenador tengo la obligación de lograr que los volantes lleguen a pisar el área. No toda la responsabilidad de los delanteros”.
“A Óbolo lo marcan bien, los equipos se cierran atrás y por eso tenemos que buscar variantes. Tenemos que tener mucha cantidad de centros al área”, agregó.