Finalmente, el magistrado requirió a Neymar el contrato que firmó con una sociedad llamada "N&N", que la justicia cree pertenece al padre del jugador, por la que el brasileño cedía "sus derechos económicos futuros".
Ruz consideró en su escrito que Rosell pudo cometer un delito de apropiación indebida por "distracción". Es decir, que los contratos firmados entre Neymar y el Barcelona "no responden a lo indicado en los mismos". Este tipo de delito, penado con entre uno y seis años de cárcel, no acusa al implicado de quedarse con parte de ese dinero ilegalmente, sino que castiga una administración desleal.
Rosell ha defendido en reiteradas ocasiones la escrupulosa legalidad de la contratación. El presidente barcelonista pidió incluso declarar voluntariamente ante el juez. Pero de momento Ruz no lo considera necesario.
Rosell asegura que el fichaje del delantero costó 57,1 millones de euros (74 millones de dólares). Pero según el denunciante, la realidad es que el precio real rozó los 95 millones de euros (128,8 millones dólares). (AP)