El búlgaro se alzó este domingo con la victoria en la final del torneo rumano al derrotar en la final al checo Lukas Rosol, defensor del título, por 7-6 (2) y 6-1.
El búlgaro Grigor Dimitrov (16°), máximo cabeza de serie, derrotó por 7-6 (2) y 6-1 al checo Lukas Rosol (43°) se quedó con el título del ATP 250 de Bucarest, sobre polvo de ladrillo.
Dimitrov, cabe destacar, ganó su segunda corona del año, luego de su consagración en el ATP 500 de Acapulco. El año pasado, además, había festejado en Estocolmo. Este es su primera celebración sobre clay.
El búlgaro fue de menor a mayor en la final de Bucarest; en contrapunto del checo, quien fue mermando su nivel con el correr de las acciones. Con una gran supremacía con su servicio, Dimitrov se quedó con el éxito en una hora y 20 minutos.
El primer set, muy parejo. Apenas un quiebre por lado, en games consecutivos, y un equilibrio que se mantuvo hasta el tie break. Antes, con la devolución, el búlgaro llegó a tener set point en el 5-6 en un juego que tuvo una dosis de polémica por un pique cercano a una línea.
Dimitrov mantuvo la tranquilidad, pese a la adrenalina, se quedó con el desempate y puso todo a su favor.
En el segundo set, todo del búlgaro. Quebró en tres ocasiones (100% de efectividad) y sólo cedió 14 puntos, cuatro de ellos con su servicio. Un claro 6-1 para ponerle punto final a una sólida semana en Bucarest.
Dimitrov, en su camino al título venció sin ceder sets a Rosol, Gael Monfils, Sergiy Stakhovsky y Jiri Vesely. Con la victoria, además, igualará su mejor ranking histórico (14°).
Por su parte, el checo, pese a la caída en la definición, volvió a dejar en claro sus buenas sensaciones en Bucarest, donde ganó el único título de su carrera en 2013. Llevaba nueve victorias consecutivas en el certamen rumano.
