Diego Figueroa
En 2010 el sanrafaelino Federico Laviña se fue a jugar al fútbol en la reserva del club Acassuso, sin imaginar que tras un golpe en la cabeza estaría quince días en terapia.
"Recuerdo que salté a cabecear, caí mal y luego de quince días desperté estando en terapia intensiva", contó.
Federico sufrió una fuerte contusión al golpearse con un jugador de Tristán Suárez. El golpe sufrido en pleno salto a disputar la pelota culminó en la caída estrepitosa del jugador al suelo, donde volvió a impactar contra el mismo.
Inmediatamente Laviña comenzó a experimentar convulsiones, que fueron rápidamente advertidas por el médico del club.
Una vez que arribó la ambulancia, el joven fue trasladado al hospital de Boulogne y de allí derivado al Hospital Central de San Isidro, en la provincia de Buenos Aires.
Durante el traslado, Federico sufrió convulsiones. En el nosocomio le practicaron minuciosos estudios, entre ellos un drenaje, dada la presencia de un coágulo en la zona del cerebro.
Tras seis meses de recuperación con la correspondiente alta médica, la pasión pudo más y el talentoso jugador pisó nuevamente el verde césped.
"Mis compañeros me convencieron para que volviera y aunque acepté tuve un poco de miedo por lo que me había pasado", destacó el joven de 21 años.
La misma historia
“Hace dos sábados también en un partido por el campeonato oficial de AFA en una jugada similar a la de hace tres años tuve el mismo accidente", explicó Federico.
Como consecuencia de un nuevo golpe en la cabeza fue asistido por un facultativo y derivado en ambulancia a un hospital de la zona.
Luego de diversos chequeos donde los médicos trabajaron previniendo la posible formación de un nuevo coágulo y varias horas en terapia intensiva, en plena madrugada del domingo pasado recibió el alta.
Ahora deberá realizar una rehabilitación, además de nuevos estudios para descartar futuros accidentes cardiovasculares, por lo tanto le prohibieron volver a practicar el más popular de los deportes.
“Aunque me den el alta médica después de todo lo que me ha tocado vivir no volveré a jugar al fútbol”, afirmó.
Perseverancia
Por motivos familiares decidió irse a probar suerte a Buenos Aires y eligió al Club Atlético Acassuso.
En la primera prueba no quedó, motivo por el cual se fue a Chacarita.
Después de varias prácticas en el equipo funebrero aprobaron su incorporación pero por cuestiones de distancia (muchas horas de viaje entre el club y su casa) decidió regresar al Quemero.
"Los directivos de Acassuso se lavaron las manos y no se hicieron cargo de nada, todos los gastos que ocasionaron mis accidentes fueron afrontados por mi familia", reconoció.
Previo al segundo accidente Federico tuvo una interesante oferta para jugar en Independiente de Chivilvoy, equipo que participa en el Argentino B.
Con mucho dolor tuvo que rechazar dicha propuesta. "Me cortaron las piernas", dijo el sanrafaelino con referencia a su inesperada despedida del fútbol.