Fútbol
Nunca vamos a olvidar la jugada memorable del “10”, el 22 de junio de 1986 ante los ingleses en el Mundial de México 1986. Seguramente el mejor gol en la historia de los mundiales. Fotos y video.

Se cumplen 29 años del gol de Maradona que emociona a un país entero

Por UNO

El 22 de junio de 1986, en los cuartos de final de la Copa Mundial de Fútbol disputado en México, se enfrentaban en el estadio Azteca Argentina e Inglaterra, en un encuentro futbolístico no carente de morbo, especialmente tomando en cuenta el conflicto bélico protagonizado por ambas naciones por las Islas Malvinas, ocurrido sólo cuatro años antes y que se saldó con una victoria absoluta de los ingleses.115 mil personas abarrotaban ese día las graderías del estadio Azteca, mientras millones de televidentes, repartidos en todo el mundo, estaban pendientes de la transmisión televisiva.

El encuentro no pudo partir con un gol más polémico. En el minuto 6 del complemento, tras saltar mano a mano con el arquero inglés Peter Shilton, que lo aventajaba en 20 centímetros, Diego Armando Maradona, abrió la cuenta con un supuesto cabezazo, aunque las imágenes comprobarían que había sido con la mano -el gol que sería bautizado posteriormente como la “Mano de Dios”-.

Argentina ganaba con un gol viciado que con toda probabilidad iba a desatar una polémica mayúscula después del partido, pero nadie, absolutamente nadie estaba preparado para lo que iba a ocurrir en el minuto 55 del partido.

En ese minuto Diego Maradona recibió, dentro de su propio campo y cerca de la mitad de cancha, un pase del mediocampista Héctor “Negro” Enrique. Sin apenas levantar la cabeza y con el balón pegado siempre a sus pies, Maradona se fue en pos del arco inglés, eludiendo a cinco jugadores ingleses (Hoddle, Reid, Sansom, Butcher y Fenwick). Tras acercarse al área chica inglesa, y cuantos todos pensaban que iba a rematar de inmediato al arco, Maradona se enfrentó al portero Peter Shilton. Cuando el arquero salió a cortar su avance, Diego lo amagó y, con el arco a su disposición y casi cayéndose, mandó la pelota al fondo de la red. El estadio estalló de admiración, mientras millones de televidentes en todo el planeta no podían dar crédito a lo que acababan de ver.

Fue un golazo de antología, una verdadera obra maestra ejecutada por un genio, tal como lo inmortalizó el relator uruguayo Victor Hugo Morales en su famoso relato para la televisión argentina.

 Embed      
 Embed      
 Embed      
 Embed      
 Embed      
 Embed      
 Embed      
 Embed      
 Embed      
 Embed