Fútbol
Club Cultural y Deportivo Eugenio Bustos. Noelia Ramírez, de 33 años, es la presidenta de esa institución de San Carlos. “Cuando llegué a la Liga, me dijeron ‘este es un lugar de hombres’”, contó.

La mujer que se animó a conducir un club

Por UNO
“Cuando llegué a la Liga, lo primero que me dijeron fue ‘este es un lugar de hombres’ y yo les respondí: ‘¿Y eso dónde está escrito? ¿Hay una ley?’”, relató Noelia Ramírez al detallar las primeras opiniones que debió emitir al pararse delante de los máximos referentes del fútbol sancarlino demostrando la seguridad con la que cuenta para llevar adelante el gran desafío de ser la presidenta del Club Cultural y Deportivo Eugenio Bustos.

Esta joven de apenas 33 años tomó las riendas de una de las instituciones más emblemáticas de San Carlos con el objetivo firme de reflotar su actividad y que la gente vuelva a ser parte de ella y cope sus tribunas.

La fuerte convicción de que la mujer cuenta con un mayor empuje al momento de actuar y que,  así, complementa las capacidades de un hombre en el ambiente futbolístico, pero, sobre todo, el poder honrar la historia de su propia familia fue lo que la motivó a ocupar ese lugar. No sólo sus abuelos, sino también sus padres se conocieron y enamoraron en la cancha. En la actualidad, uno de sus hermanos y su sobrino visten la casaca negra y amarilla, aunque todos la acompañan en el desempeño de su nuevo rol.

“Acá todos tenemos algún vínculo con el club. Somos socios, hinchas, simpatizantes, pero queríamos cumplir otro rol”, agregó Luly, como la conocen en el barrio, además de contar que quienes colaboran lo hacen a pulmón y cumpliendo varios roles. Ella misma marcó la cancha con cal y se puso con sus hermanas a cocer los banderines.

Pero ésas son apenas labores secundarias. Es que en sus manos están las decisiones más importantes para que cada fin de semana el Funebrero haga rodar la pelota. Sus funciones abarcan des localía en el torneo o ver qué le hace falta a cada uno de los jugadores hasta negociar los pases de quienes forman parte de la primera división.

“Con los pases, sentí que podía opinar y negociar a pesar de que los otros presidentes me decían ‘¿quién sos vos?’ Es difícil y ha sido complejo, un desafío importante y con mucha incertidumbre para poder demostrar lo que tiene para dar una mujer, aunque no juegue a la pelota”, confesó Ramírez y aseguró que hasta ahora no se ha encontrado con otra dama en el ambiente, pero que alienta que otras se sumen.

A pesar de que su principal trabajo está en la Ciudad de Mendoza, donde de lunes a viernes se desempeña como coordinadora de la unidad telefónica de ANSES, la sancarlina viaja al Valle de Uco todos los miércoles para reunirse con la comisión, que le pasa el reporte para que decida, por ejemplo, cómo se jugará el domingo siguiente o qué priorizar. Además, dedica los fines de semana en su totalidad al club acompañando los sábados a los pequeños de la escuelita de futbol y los domingos, a la primera.

Una hazaña aún mayor

A pesar de que el club Eugenio Bustos, creado en 1939, haya sido el primer campeón de la Liga Sancarlina y que cuente en su haber con varios títulos y logros históricos, su degradación y abandono se hicieron inminentes con el paso de los años y se profundizaron las últimas dos décadas.

Eso es lo que buscan revertir Ramírez y el equipo directivo, que desde principios de año presionó a los anteriores dirigentes para que rindieran cuentas, organizaran una asamblea y les dieran lugar a ellos para presidir la institución.

“No queríamos quedarnos del otro lado diciendo qué tenía que pasar. Fue difícil porque decían que cómo los negros del barrio íbamos a tomar el club”, relató la flamante presidenta.

“Desde 1968 empezó a funcionar la cancha, la pileta, que es de las más grandes de Mendoza, una confitería y un playón de baldosas para otros deportes. Acá se armaban grandes bailes, cenas de fin de año, se elegía la reina que iba a representar al distrito en la Vendimia, pero eso dejó de pasar y hoy está todo viejo como en ese entonces”, detalló con nostalgia Fernando Moreno.

Que vuelva a ser un lugar de encuentro, fomentar otros deportes, mejorar las instalaciones o poder regularizar las deudas son algunos de los objetivos propuestos.

“Acá todos los jugadores tienen seguro y ya nos pusimos al día con la documentación”, agregó el  tesorero Nelson Caraballo, además de detallar que hoy son alrededor de 220 chicos los que representan al Funebrero y que el club cuenta con 80 familias asociadas.

“Ya logramos algo fundamental que era que los jugadores volvieran, que sepan que tenemos que cuidarnos, que hay que involucrarse, que sientan los colores del club. Ahora queremos ver las  tribunas llenas de nuevo”, finalizó Luly.

El anhelo de iluminar la cancha

Noelia Luly Ramírez estudió administración de empresas y hoy se desempeña como coordinadora del call center de ANSES en todo Cuyo. Tiene 33 años y tiene cinco hermanos, hijos de Roberto Ramírez y Mercedes Arroyo.

En la actualidad, el club cuenta con más de 80 socios, pero pocos de ellos están activos. Buscan nuevos asociados de distintos puntos del departamento.

La nueva comisión quiere iluminar la cancha y mejorar las instalaciones de la pileta y los playones para generar nuevas propuestas deportivas.

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El Aurinegro. Ramírez con el escudo del Club Eugenio Bustos de fondo.
El Aurinegro. Ramírez con el escudo del Club Eugenio Bustos de fondo.
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