fútbol internacional
Sócrates es recordado por su talento y enseñanzas. El ex jugador brasileño fue un activo luchador por la “igualdad social” y dejó bien en claro su tendencia política. Es uno de los ídolos de Corinthian

El militante de la vida y la democracia

Por UNO
El Raimundo era un funcionario público en la ciudad de Belén, en el estadio de Pará, Brasil, era un gran lector y amaba la literatura y la filosofía. A los tres hijos mayores los bautizó como Sócrates, Sófocles y Sóstenes, tres de los filósofos a los cuales leía. La familia se trasladó a la gran ciudad de San Pablo. Sócrates ingresó al colegio de los Hermanos Maristas pero el muchacho era un amante del fútbol. No dejó nunca de estudiar, ingresó a la Universidad de San Pablo para estudiar medicina y se recibió de médico pediatra en 1977. Ya jugaba en Botafogo de Ribeirao Preto y en 1978 pasó a su querido Corinthians, otro equipo paulista.

Su tendencia política siempre fue de izquierda y tuvo su primer llamado de atención cuando en el Golpe de Estado, en Brasil, en 1964, él tenía 10 años y vio a su padre que sacó muchos libros de la biblioteca y los quemó, por temor a ser detenido.

El Flaco Sócrates (medía 1,93) se convirtió en figura, fue campeón y lo llamaron a la selección de Brasil, en donde disputó los mundiales de España ‘82 y México ‘86. Decía Sócrates “Para mí lo ideal sería un socialismo perfecto, donde todos los hombres tengan los mismos derechos y los mismos deberes. Una concepción del mundo sin poder”. Por eso defendió a ultranza lo que se conoció como la “democracia corinthiana”, una forma de gobierno del club bajo el lema de “libertad con responsabilidad”, donde se actuaba en el club como una comunidad en la que todos sus miembros, desde los suplentes o utileros hasta los más altos directivos, tomaban en conjunto las decisiones, y en la que todos los votos contaban por igual. La mayoría, el consenso, mandaba. Así, se establecieron los horarios de las prácticas, las comidas, contrataciones, despidos. Incluso se aprobó la libertad de acción del futbolista afuera de la cancha. Sócrates siempre defendió su derecho a fumar un cigarrillo tras otro, a beber. “El vaso de cerveza es mi mejor psicólogo”, decía .

Y también largó frases como estas: - “La gente me dio el poder como un futbolista popular”.

-”Si la gente no tiene el poder de decir las cosas, entonces yo las digo por ellos. Si yo estuviera del otro lado, no del lado de la gente, no habría nadie que escuchara mis opiniones”.

-”Lo mejor que el fútbol me dio fue la oportunidad de conocer a los seres humanos. Conocí a personas que sufrieron muchísimo y también conocí el otro lado de la sociedad, los que lo tienen todo. Pude ver las dos caras”.

- “Cuando le puse a uno de mis hijos Fidel (por Fidel Castro) mi madre me dijo: ‘Es un nombre un poco fuerte para un niño’. Y le respondí: ‘Madre, mira lo que me hiciste a mí”.

-“No se trata sólo del juego en sí. Antes que nada, el fútbol es una batalla psicológica, el aspecto humano tiene un papel significativo”.

- “¿Por qué causas más conmovedoras no mueven tanto como el fútbol: como los niños en la calle, los tsunamis, la miseria extrema en el corazón de África y en algunas otras esquinas, el genocidio y muchas otras?”

-“Muchas veces pienso si podremos algún día dirigir este entusiasmo que gastamos en el fútbol hacia algo positivo para la humanidad, pues a fin de cuentas el fútbol y la tierra tienen algo en común: ambos son una bola. Y atrás de una bola vemos niños y adultos, blancos y negros, altos y bajos, flacos o gordos. Con la misma filosofía, todos a fantasear sobre su propia vida”.

-“Regalo mis goles a un país mejor”.

- “Ganar o perder, pero siempre con democracia”.

Así como tecleaba letras con frases maravillosas, regaba las canchas con calidad. Lo pude ver en vivo y en directo durante el Mundialito en Uruguay, cuando Argentina empató con Brasil 1 a 1, el 4 de enero de 1981.

Al año siguiente Argentina llegaba a España 1982 como defensora del título y se encontró en la segunda rueda con una media cancha rival para temerle, estaban Toninho Cerezo, Falçao, Sócrates y Zico. Brasil le ganó 3 a 1 al seleccionado de Menotti con Kempes y Maradona juntos.

Entre sus referentes tenía a Ernesto Che Guevara y John Lennon (The Beatles).

Pasó por Fiorentina (fue compañero de Passarella) y no se adaptó.

Volvió a Brasil para jugar en Flamengo, Santos y Botafogo. En el Mundial ‘86 salía con una vincha que decía “México sigue en pie”, en alusión al terremoto que soportó ese país un año antes.

Siempre fue un activista político muy comprometido con la democracia y así lo difundía en cuanto acto público estaba. Salía a la cancha con carteles o con la camiseta estampada con “Vote el 15”, para que la gente emitiera el sufragio. Se retiró en 1989.

El 4 de diciembre de 2011 la crónica decía: “El ex futbolista brasileño Sócrates murió a los 57 años a raíz de una infección intestinal por la que estaba internado en estado grave en el hospital Albert Einstein de San Pablo. Se encontraba débil por una cirrosis crónica provocada por el consumo excesivo de alcohol.

En 1983 había escrito: “Quiero morir en un domingo y con Corinthians campeón”. Murió un domingo y Corinthians dio la vuelta olímpica.

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