Carolina Sánchez está jugando en el Al Muharraq de Bahrein, que participa en la Liga del Golfo. La mejor basquetbolista mendocina disfruta de una cultura diferente.

Una experiencia en el golfo Pérsico

Érica Mariana López

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Por estos días Carolina Sánchez está viviendo una aventura que nunca imaginó. “Es todo nuevo, distinto a lo que había visto y vivido hasta ahora, una experiencia única. La verdad es que no me dan ganas de irme”, cuenta desde el reino de Bahrein la mejor basquetbolista del país y Mendoza.

Ocurre que desde hace unos días Carolina está en el golfo Pérsico reforzando al equipo de Al Muharraq Club.

En principio se quedará hasta el 15 de este mes, que termina la Liga, pero ella dice que todo puede pasar: “ Estoy muy contenta. La gente me ha tratado muy bien, aunque todos hablan inglés y yo me defiendo como puedo”, confesó la mendocina.

Con 38 años Carolina pensaba que estaba cerca su retiro, de hecho hace algunos años que viene pensando en dejar, pero la vida y el básquetbol le dieron otra sorpresa. “El básquet me dio experiencias únicas. He conocido muchos países e integrado varios equipos pero esto ni me lo imaginaba. Jugar acá es algo único, especial e increíble”, cuenta emocionada.

–¿Cómo te llegó la propuesta de jugar en un lugar tan lejano a nuestro país y con una cultura y tradiciones tan distintas?

–Fue todo de sorpresa. Nunca lo hubiera imaginado ni esperado. En los primeros días de enero me llegó esta propuesta y desde que lo supe tenía muchas ganas de venir. Guillermo Vecchio (ex entrenador de la selección nacional) hace algunos años que dirige acá y actualmente es el entrenador del equipo masculino. El fue quien me puso en contacto, y la verdad es que estoy

viviendo algo único.

–¿El entrenador de qué nacionalidad es?

–Es serbio y es muy bueno. Por lo trabajado hasta ahora hace un juego interesante. Por ejemplo a veces practicamos y jugamos contra varones.

–¿Sos el único refuerzo del equipo o hay más jugadoras extranjeras?

–Están dos americanas que llegaron hace pocos días y yo. El resto son jugadoras de acá. En su mayoría tienen un promedio 25 años y todas trabajan además de jugar.

–¿Aspiran a ganar el torneo?

–Uno siempre quiere ganar. Ese es el objetivo. Pero la realidad es que el equipo no es del más alto nivel; igual tanto mis compañeras como yo pondremos todo para hacer el mejor papel posible.

–¿Qué sabés del torneo?

–Se llama Liga del Golfo y se juega hasta el 12 de febrero en Sharjah. En competencia hay 8 equipos, todos del golfo Arábigo. Sé que hay equipos de Qatar y Dubai, entre otros.

–¿Tuviste una presentación cuando llegaste?

–Sí, en los primeros días que llegué visitamos al sheik. Fui con parte del equipo, dirigentes y entrenadores, y llevaron la copa que habían ganado el año pasado por el subcampeonato.

–¿Has ido a ver partidos de la liga masculina?

–Sí, fue otra experiencia extraña. El otro día fuimos a ver un partido de varones del equipo dirigido por Vecchio y aunque perdió es increíble el ambiente y todo lo que se vive en las canchas de acá. El estadio estaba lleno pero no debe de haber habido más de 10 mujeres en todo el estadio. Todos nos miraban. Fue raro.

–La cultura seguro que es muy distinta a lo que has vivido hasta ahora.

– Sí, muchas cosas son distintas. Por ejemplo las mujeres, como se sabe, llevan el rostro y el cuerpo cubiertos. Se le ven sólo los ojos. Respecto a la ciudad es muy simple, no es tan lujosa como pueden ser Dubai o Doha, pero muy linda. Cuando puedo trato de conocer más lugares. Junto con Guillermo (Vecchio) fuimos a una reserva de camellos y aunque fue muy lindo me dio un poco de pena que a algunos los crían para comerlos. También hay otros camellos que se utilizan para carreras, similares a las de caballos que se hacen en nuestro país. Los mejores están muy bien cotizados y pueden costar hasta 2 millones de dólares.

–¿Y para jugar al básquet como hacen las mujeres con la vestimenta?

–Hay de todo. Algunas juegan como yo, con short y musculosa pero también tengo compañeras que juegan cubiertas. Se les ven solamente la cara y las manos; el resto del cuerpo, todo tapado. Al principio te llama la atención, pero después te acostumbrás.

–¿Qué cercanía tuviste con la religión musulmana?

–Visité una mezquita hace unos días. Fue increíble, y como publiqué en mi Facebook con las fotos, te puedo decir que uno se asusta de ciertas costumbres hasta que se entera y aprende un poco de la cultura musulmana. Como toda religión tiene sus pros y contras pero también tiene su historia y al final todo es lo mismo, creer cada uno en lo suyo, tener fe y todo sale del corazón. Fue una experiencia increíble visitar la mezquita más grande de Bahrein.

Fuente: Diario UNO Mendoza

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