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Ganó el campeón de la Libertadores. En la cancha de Boca se jugó la primera final de la Copa Intercontinental, en la que el Pincharrata venció al poderoso Manchester United, el mejor de Europa. Video.

Estudiantes tuvo su primavera del ’68

Por UNO

Mientras transcurrían esos días de protestas, huelgas y manifestaciones en el mes de mayo en la ciudad de París, en Uruguay Estudiantes de La Plata reafirmaba su condición ganadora y vencía a Palmeiras 2 a 0 en el partido de desempate de la Copa Libertadores de América.

Crecían los disturbios en el Barrio Latino, las clases estaban suspendidas en La Sorbona, los sindicatos hacían una huelga general. Los estudiantes ocupaban teatros y universidades, los trabajadores tomaban las fábricas y las protestas se extendían por todo Francia. Era un caos.

Lo que había comenzado como un movimiento de protesta estudiantil se extendió con una huelga de 11 millones de trabajadores durante dos semanas. Quedó enmarcado en la historia como el Mayo Francés. Estudiantes de La Plata había sido el primer club fuera de los grandes (River, Boca, Racing, Independiente y San Lorenzo) en lograr un título local (Metropolitano 1967) y uno internacional (Libertadores del ’68).

En Apple Records la banda inglesa The Beatles grababa el Álbum Blanco, el más raro de toda su discografía. Los Rolling Stones sonaban bastante y también preparaban la canción Simpatía por el diablo.

Era la música preferida por George Best (apodado el Beatle) y de casi todos sus compañeros más jóvenes que llegaban por primera vez a Buenos Aires. La delegación de Manchester United con la figura de Bobby Charlton, campeón mundial con Inglaterra en 1966, se disponía a jugar la primera final de la Copa Intercontinental frente a Estudiantes de La Plata.

En Vietnam se seguían matando los soldados de EE.UU., que apoyaban a Vietnam del Sur, y los vietnamitas del Norte.

“La imaginación al poder” fue la frase emblemática que había quedado del Mayo Francés y en setiembre del ’68, la juventud argentina comenzaba a levantar banderas y en California, EE.UU., los pacifistas y los hippies no dejaban de protestar contra la guerra inútil de Vietnam.

Para Osvaldo Zubeldía y los jugadores de Estudiantes de La Plata, entre los que estaba Carlos Salvador Bilardo, lo único que importaba era ganarle a Manchester, el campeón europeo que había vencido a Benfica por 4 a 1 (29 de mayo en Wembley).

La expectativa de los simpatizantes platenses era tan grande que el equipo debía jugar de local en la cancha de Boca, que en esos tiempos tenía una capacidad de 65 mil personas.

Hubo lleno total el 25 de setiembre de 1968 y el estadio explotó de alegría cuando Marcos Conigliaro saltaba junto con dos de sus compañeros para meter un cabezazo con una jugada del “laboratorio” de Zubeldía.

El resultado final fue 1 a 0, para muchos una diferencia escasa para aguardar el partido revancha, que sería en octubre.

El ’68, año de tantos sucesos históricos, quedó grabado en la vida de Estudiantes de La Plata. Pudo ir a la tierra de los Beatles y los Rolling. Y festejar en el Reino Unido. 

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