Independiente tuvo una buena actuación ante Patronato de Paraná pero se quedó con las manos vacías. Acumuló méritos para acreditarse los tres puntos y no logró plasmarlo. Ahora va a Chacarita.

Es difícil entender a los Azules

Por UNO

Cuesta entender el porqué de esta nueva derrota de Independiente Rivadavia a manos de Patronato. Difícil es encontrarle una explicación al resultado: si la Lepra hizo todo para ganarlo, mereció los tres puntos, pero una vez más se quedó sin nada.

No cabe duda de que ante los paranaenses el Azul jugó el mejor partido de los últimos tiempos, aunque parece que nada alcanza, que nada sirve cuando estás en esas rachas donde la pelota no quiere entrar.

Independiente hizo los méritos de principio a fin para reencontrarse con la victoria. El entrenador acertó con el planteo y esta vez los jugadores respondieron.

La defensa con tres cumplió y casi no tuvo fallas durante los 90 minutos. Pero bastó sólo un descuido para que Patronato venciera el arco de Taborda.

La mitad de la cancha estuvo bien y cada uno hizo lo que tenía que hacer: Guerra y Solís para recuperar, y Quiroga y Alvacete sumándose en ataque y generando peligro cumplieron.

Arriba el tridente funcionó y transformó a Bértoli en figura. Mauricio Ferradas volvió al nivel que en algún momento lo hizo un indiscutido y Jerónimo Morales Neumann mostró que puede ser importante.

El que no anda para nada derecho es Javier Velázquez. El delantero lucha y se esfuerza, pero en los últimos partidos ha desperdiciado situaciones muy claras.

El Azul lo buscó por arriba, por abajo, de media distancia, con desbordes y de mil maneras. ¿Entonces por qué no ganó? Porqué falló en la puntada final, le faltó plasmar en la red todo lo bueno que hizo. Y la historia se repite: derrota y frustración.

¿Qué debe hacer Independiente para ganar? Seguramente seguir jugando como ante Patronato y esperar que se rompa el maleficio, que la fortuna alguna vez esté de su lado.

Ahora se viene Chacarita, una verdadera final en la lucha de los promedios. Será una semana para hacer hincapié en lo anímico y levantar la moral de un plantel que ya no le encuentra explicaciones a este mal momento.