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Gonzalo Fernández, protagonista de la radio y la TV. El periodista nacido en Buenos Aires se radicó en nuestra provincia. Se lo puede escuchar en Nihuil y ver en distintos programas de Canal 7.

El hijo de Tití Fernández contó cómo vivió la muerte de su hermana

Por UNO

Mendoza enamora. Aunque suene a cliché publicitario, son muchos los “foráneos” que, seducidos por los incontables encantos de la provincia, la eligen como destino ideal para vivir.

“Me vine a Mendoza priorizando la calidad de vida, vine para ser feliz, formar mi familia y, si Dios me da la posibilidad, que mis hijos nazcan aquí en la provincia”, cuenta Gonzalo Fernández, quien pronto a cumplir 40 años renunció a su trabajo en Buenos Aires para radicarse definitivamente en Godoy Cruz.

Gonzalo es hijo de Miguel Ángel Fernández, el reconocido periodista deportivo argentino más conocido como Tití.

Siguiendo los pasos de su padre, Titito Fernández comenzó una prolífica carrera como periodista deportivo, especialmente dentro de Torneos y Competencias. Pero desde febrero de este año tomó la determinación de alejarse de las “luces de Buenos Aires” para afincarse en Mendoza y trabajar en UNO Medios.

“Por diversos motivos laborales, cubriendo a Godoy Cruz o los torneos de verano, visitaba seguido a Mendoza. Además, mi mejor amigo y socio, Pablo Reta, es mendocino. Pero este año, tras charlarlo con Josefina, mi señora, decidimos venirnos a vivir a Mendoza”, confesó Titito Fernández.

“No fue una decisión por un motivo en especial, no hubo, lo que se dice, un click, no hago terapia y tampoco fue por inseguridad. Sólo estaba cansado de la Capital y al venir a Mendoza prioricé la calidad de vida, estar más tranquilo, disfrutar sin estrés. La ciudad, la gente, las montañas, los paisajes… Es imposible que no te guste la provincia. Es una maravilla”, expresó el periodista, y agregó: “A veces noto que los mendocinos no se dan cuenta de lo que tienen, de todo lo que les da la provincia, están tan acostumbrados que no disfrutan de esta ciudad tan hermosa”.

Desde pequeño, siguiendo a su padre, vivió muy de cerca el ambiente futbolero: “Era muy pegote a mi viejo, entonces me la pasaba yendo a entrenamientos, concentraciones y partidos. Con 6 años le he pateado penales a Fillol y Gatti en sus prácticas”.

“Soy un enfermo del fútbol –relata Gonzalo-, jugué como delantero en Ferro, pero no llegué lejos porque era muy vago para entrenar. A eso de los 17 años comencé con el periodismo deportivo y, con el tiempo, tuve la fortuna de trabajar en conocidos programas y con grandes maestros que me dejaron sus enseñanzas”.

“En radio y televisión pasé por Fox Sports, Minuto Cero, Fútbol de Primera, El Equipo de Primera, El Deportivo, Dos en la cancha, La Red Deportiva y pude trabajar con todos: Araujo, Macaya Márquez, Niembro, Bilardo, Nélson Castro, tambien junto a mi viejo, y como compañero vi nacer profesionalmente a varios de los que hoy son reconocidos, como Mariano Closs o el Pollo Vignolo. He tenido mucha suerte en mi carrera”, agregó.

-De tu paso por Torneos y Competencias debés atesorar muchas experiencias y anécdotas...-Fueron muchos años, en donde hice de todo, desde armar las caritas de los jugadores en las formaciones hasta edición y producción, con maestros como Juan Cruz Ávila.

Fui testigo de momentos fantásticos y también difíciles, como cuando cayeron los jugadores de San Lorenzo enojados con Hueso, el personaje que hacía Bonadeo: escuché y vi todo lo que pasó, cosas que no se pueden contar.

-¿Quiénes fueron tus “maestros” en el periodismo?-Soy Bilardista desde antes de conocerlo. Más allá de mis gustos futbolísticos, después tuve la oportunidad de trabajar con el Narigón y de él aprendí a llegar siempre muy temprano. De Macaya, la paciencia y tranquilidad, un tipo que te enseña día a día trabajando. Me gusta el estilo de Niembro para comentar, pero el que revolucionó el relato en TV fue Marcelo Araujo, y ahora le sigue Closs.

Podría nombrar a muchos, pero mi gran maestro es mi viejo, un verdadero profesional que a sus 63 años no deja ningún detalle librado al azar: hasta la fecha, antes de ir a un partido, pasa por los hoteles para recabar información de primera mano. Un ejemplo y orgullo para mí.

-¿Tenés anécdotas con Maradona o Messi, por ejemplo?-A Messi no he tenido la suerte de conocerlo personalmente, pero de Diego puedo decir que es de las persona más generosas que he conocido.

Tanto es así, que una de mis primeras notas me la concedió él. Antes, a fines de los ’80, para el día del periodista, Maradona recibía a varios colegas (no eran tantos como en la actualidad) en su casa para agasajarlos con un asado. Allí, mi viejo le contó que yo me estaba iniciando en el periodismo.

Un par de días después, recibo un llamado en mi casa y cuando atiendo, resulta que era el Diego…¡no lo podía creer! Así quedamos en reunirnos en un bar y le hice mi primera nota.

“Otra lindo momento que tengo del Diego fue tras un partido en el Monumental. Cuando se retiraba, le pedí la camiseta y él me la obsequió, pero cuando ya la tenía en mis manos, me la volvió a pedir, yo no entendía nada... Pero sólo era para sacarle el brazalete de capitán y me la volvió a entregar. Un grande”.

"Me enteré lo de mi hermana aquí en la provincia"María Soledad Fernández (26 años), hija de Tití y hermana de Gonzalo, murió en un accidente automovilístico en Brasil, mientras se desarrollaba el Mundial.

“Yo estaba aquí en Mendoza, ese día no me andaba el teléfono. Estaba embroncado por eso, recuerdo, estaba sin tecnología, tampoco tenía cable en casa todavía. Me levanté, fui al centro, puteaba porque no enganchaba señal y, de repente me llegaron ruidos, ruidos y ruidos... 300 mensajes, 50 whatsapp, 100 llamadas perdidas, no entendía nada”.

“Me puse a mirar, la última de mi mejor amigo, él me lo dijo. Le llamé a papá pidiéndole que me explicara qué había pasado, que no entendía nada. Ahí papá me dijo ‘hijo, es una desgracia’. Y viajé a Buenos Aires a entrarme con él, que ya se volvía del Mundial de Brasil”. Fue un drama. Yo le llevaba 12 años, pero nunca vivimos juntos. Ella era hija del segundo matrimonio de papá y yo con ella nos veíamos de vez en cuando”.