He tenido la suerte de ver a grandes jugadores del mundo que han quedado o van a quedar en la historia pero aún así no me “caso” con ninguno. Así como disfruto ver jugar a Messi, disfruto de ver a Ronaldo. Ni entro en la discusión si Leo es mejor jugador que Diego o no; cada uno ha hecho lo suyo para ser recordados por siempre. Me gustaba el juego de Riquelme, de Ortega en su momento, de Ronaldinho, de Zidane pero ninguno se ganó mi admiración. Sin embargo, hubo uno que sí. No lo vi jugar, solo lo “escuche” jugar. Por lo que me contaba mi vecino, el carnicero, mi doctor de turno, etc. Los grandes jugadores aman este deporte pero él iba más allá, amaba la camiseta. No tenía el juego “vistoso” que tienen muchos pero tenía algo que muy poco se vio dentro de una cancha: el hincha. Este sujeto, más que como jugador, entraba a la cancha y jugaba como hincha. Logró lo que muchos que estamos del otro lado del alambrado hubiésemos querido. No era hábil con el pie, pero no lo necesitaba porque jugaba con el corazón. Era uno de esos jugadores al que no podías reprocharle nada porque dejaba todo en cada jugada. Quizás estés pensando cómo puede esta persona que nunca vi, gustarme tanto por su forma de jugar. Es simple, solo se siente. Siento que él es igual a mí, porque sentimos lo mismo. Pensamos igual. Vivimos de la misma manera pero en distinta época. En fin, él podría haber sido yo o vos que estás leyendo este texto. Solo que no tuvimos el privilegio de entrar a una cancha y defender esa camiseta tan amada. Sin embargo, aún así estamos jugando desde la popular alentando en cada partido, como él también lo hacía en los encuentros en que no le tocaba jugar. ¿Cuántas veces soñaste con hacer un gol?¿Con subirte al alambrado para festejar con la gente?¿Quitarle con el último suspiro la pelota al delantero que iba derecho la gol?¿Atajar un penal y evitar que te conviertan un gol? Son todos esos sueños que uno tiene de chico y de grande también los que él lo logró por mí, por vos, por nosotros y los hizo vistiendo mi camiseta. Maldigo la suerte del destino de no verlo jugar, de no poder pedirle un autógrafo, no hablar de lo que es el amor al club… No agradecerle todo lo que hizo por mi club, porque aunque no tuve la dicha de conocerlo, ni siquiera de verlo jugar, es mi ídolo.
Cada vez que escucho su nombre no puedo no quedarme pensando un momento en él. Hoy (2 de abril) en el día de su cumpleaños quiero recordar al señor Hugo Cirilo Memoli, quien azul llevaba la sangre y leproso el corazón.
El pueblo leproso nunca te olvidará. Tal como pasó a mi generación tu huella en Independiente Rivadavia, seguirá pasando a otras generaciones. Serás inmortal por haber logrado el sueño del hincha. ¡FELIZ CUMPLE GRINGO!
Por Aaron Abarca
► Recordá que podés participar de nuestra sección "El Rinconcito del hincha" con un texto, historia, anécdota, fotos, recuerdos, cartas, poemas, etc. Para ello podés mandarnos tu material por privado al Facebook de Ovación, al Twitter @ovacion o al mail: [email protected]