El parte de prensa que envió el Ministerio detalló que el joven mendocino "habría sido lesionado con una botella de vidrio en la cabeza en la calle Huarpes".
De todas formas, a última hora del domingo no había certeza del objeto contundente que le había provocado la herida a Carrasco: también se hablaba de que en los alrededores de la cancha podríahaber recibido un piedrazo.
En las redes sociales, sin embargo, los hinchas del equipo mendocino acusaron en forma directa a la policía y hasta se atrevieron a escribir que Carrasco fue alcanzado por una cápsula de gas lacrimógeno disparada "a una distancia de 10 o 15 metros".
Por eso, hinchas comunes y amigos de Carrasco marcharon en la Casa de Gobierno para pedir que los policías responsables del hecho sean juzgados.
El viernes, Carrasco, socio del club, pero sin vínculos conocidos con la barra brava, era uno de los tantos hinchas que aguardaban en las cercanías del estadio el ingreso a la popular local, en la avenida Las Tipas.
En medio de la espera, explotó un transformador eléctrico, lo que provocó la suspensión del encuentro con Instituto (el estadio Bautista Gargantini no cuenta con grupo electrógeno propio), por lo que la policía frenó el ingreso de los hinchas.
El grupo que había conseguido entrar fue desalojado de la popular y, cuando estaba a unos 50 metros del acceso, pretendió volver sobre sus pasos, hacia el estadio, lo que provocó al accionar de la Policía.
Ahí fue cuando se generaron los disturbios, que al parecer no fueron filmados por ninguna cámara de seguridad, que terminaron con el joven Carrasco herido.
Si la versión de los hinchas acerca de la conducta policial se confirma -y se determina que la lesión sufrida por Carrasco fue producto de un disparo de gas lacrimógeno-, la muerte del hincha mendocino guarda muchas similitudes con la de Javier Jerez, el hincha de Lanús que falleció en junio pasado en el estadio Ciudad de La Plata.