Matías Almeyda ruge para intimidar a los rivales. Sus primeros días de trabajo al frente del plantel de River Plate han sido positivos porque lo han mostrado atento a cada detalle junto con sus colaboradores.

Con corazón de león

Por UNO

Martín Perazzo

Como si fuera la reconocida mascota de la Metro Goldwyn Mayer (MGM), un símbolo de opulencia y garantía dentro de su rubro, Matías Jesús Almeyda –flamante DT de La Banda– ya ruge como un león para intimidar a los 19 equipos que buscarán domar la bravura, el apetito y el apoyo popular que va a respaldar a River en la B Nacional.

Passarella se la jugó por un entrenador que en la previa parece una moneda lanzada al aire. Sin embargo los primeros días de pretemporada a cargo del ex número 5 han mostrado un grado de contracción al trabajo y detalles de logística que empiezan a marcar un estilo. El cuerpo técnico compuesto por Gabriel Amato, José Chamot, el profe Alejandro Kohan, su ayudante Guido Bonini (hijo del ex PF de Bielsa), trabajan al detalle mientras Carlos Roa entrena a los arqueros y un colaborador graba y edita los movimientos para repasar y sacar conclusiones individuales y grupales. Y el León Matías arenga, brama desde el borde como cuando sudaba sangre con la “5” millonaria. Va mostrando algunos tic made in Loco Bielsa, de quien Almeyda declaró hace poco en las 100 preguntas de El Gráfico: “Bielsa está varios escalones arriba del resto. Con Passarella, el Tolo y Sabella aprendí un montón”. De esos cuatro apellidos quizá surja el cóctel de entrenador que está buscando.

El muchachito de ésta película siempre fue de pecho caliente. La historia de Almeyda es cinematográfica. Fue tozudo para llegar varias veces desde Azul al Monumental hasta quedar en River. Como jugador sudó sacrificio con todas las camisetas que se puso. Al pasar a Sevilla fue protagonista de uno de los fichajes más caros del fútbol argentino. En River, en la Selección, o en Europa siempre entrenó con las venas hinchadas para que el DT de turno no tuviera más opción que hacerlo jugar, aunque sus competidores fueran más dotados. Y todo lo basó en su corazón solidario, el mismo que motorizó el regreso a River tras 4 años desafiando las reglas del tiempo y la inactividad, trasgrediendo la utopía de pasar del Súper 8 a la primera de River. Allí se ganó un lugar indiscutido, aunque la realidad al final le haya dado una bofetada de mal gusto, al descender con los cortos puestos habiendo sido el que menos lo merecía.

En 1992 Passarella lo hizo debutar en la Primera de River donde ganó 5 títulos. En Europa tiene 7 trofeos. Jugó 2 Mundiales. En 2004, luego de firmar un vínculo con Independiente, huyó del país por la inseguridad cuando supo que su padre estaba en una lista de posibles secuestrados. Al tiempo volvió, jugó en Quilmes, abandonó, se sacó el gusto de vestir la camiseta de Fénix 4 partidos en la D, luego condujo un equipo de country, le dijo que no al Cholo Simeone cuando lo quiso llevar de ayudante a Racing, y también se lamentó por su impás deportivo: “Me da bronca los 4 años que regalé de fútbol y de vida, pero lo importante es que pude salir, y arreglar mi cabeza”. El León Matías habita la Selva futbolera, donde siempre sobrevivió con amor propio y corazón, tal cual se lo ve ahora en plena acción para regresar con River a primera.