Para el torneo que comienza este viernes no está pedido el derecho de admisión y varios violentos pueden regresar a las canchas.

El Estado y los clubes se patean la pelota: vuelven los barras

Por UNO

Los clubes y los organismos de seguridad se patean la pelota los unos a los otros porque no está pedido el derecho de admisión y varios violentos pueden regresar a las canchas del fútbol argentino en la primera fecha que comienza este viernes.

Para que el Estado pueda impedir el ingreso de los violentos a los estadios, se necesita que haya una lista de las personas que tienen prohibido concurrir. Esa nómina, según afirman los organismos de seguridad, no se encuentra presente en las oficinas y culpan a las gestiones anteriores por la desaparición.

Según afirman quienes deben controlar los espectáculos deportivos, la Provincia de Buenos Aires envió una nota hace tres semanas a los clubes solicitándoles que reenvíen esa lista y lo propio hizo el organismo que controla a las instituciones de Capital Federal, pero el viernes de la semana pasada.

No obstante, los clubes metropolitanos y del Conurbano niegan haber sido notificados y por ese motivo, no enviaron la documentación necesaria. Por disposición de la legislación vigente, son las instituciones las que deben mandar la lista con las personas incluidas en el derecho de admisión y es el Estado quien se encarga de controlar la situación.

Con este escenario, es probable que dos facciones de la barrabrava de Independiente, que hoy se encuentran enfrentadas, coincidan el domingo en el estadio Libertadores de América, cuando el equipo reciba a Belgrano de Córdoba.

Estos bandos son comandados por Pablo "Bebote" Álvarez, quien en la actualidad integra la denominada barra oficial y suele ir a los partidos, y César "Loquillo" Rodríguez, sin lugar en la tribuna. Una situación similar se da en River, con la facción oficial encabezada por Martín Araujo, conocido como "Martín de Ramos", al tiempo que Ariel "Pato" Calvici, referente de la "Banda del Oeste", busca desbancarlo y ambos podrían encontrarse el domingo en el Monumental, en el encuentro frente a Quilmes.

La excepción hoy por hoy es Darío Cáceres, líder de la hinchada de Talleres de Córdoba, quien fue denunciado por un dirigente al que golpeó y un juez le prohibió ingresar a las canchas y por eso no pudo presenciar este miércoles el duelo ante Defensores de Pronunciamiento por una fase previa de la Copa Argentina.

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