Por segunda vez el Hipódromo de Mendoza se animó a programar un festival turfístico, casi en sutotalidad compuesto por carreras cuadreras, y volvió a acertar. La Catedral estuvo muy concurrida y
en la hermosa jornada festejaron, tanto los niños en su día, como los amantes del turf chacarero,donde Che Compadre se adueñó de la carrera principal, pero "en los escritorios", ya que en la pistael que primero cruzó el disco fue el lavallino Gran Defensa.Mucha expectativa hubo respecto a la última prueba de la 11ª reunión del año, donde seenfrentaban grandes velocistas, probados en mil batallas "callejeras", y que ahora iban por el
Clásico Santo Patrono Santiago de Cuadreras, y ante el gran público.El tiro de la competencia era muy corto, apenas 275 metros, y un mínimo descuido podía dejarafuera a cualquiera. Pero el descuido no apareció, si no que una desprolijidad de la pupila de
Petrelli, que demostró mucha potencia para llegar en primer lugar, al molestar al alazán CheCompadre antes de superarlo, hizo que la carrera se definiera en el Comisariato. Allí los juecesvieron que la protesta del jockey Gustavo Tudela, debutante en calle Montes de Oca, tuvo razón, ybajaron a la alazana lavallina, que quedó tercera por el distanciamiento. El segundo lugar fue paraBest Felina.Con el primer puesto quedó Che Compadre (Gustavo Tudela): 16 segundos 1/5; 2° Best Felina(L.González), a 1cpo. ; 3° Gran Defensa (Silveyra), distancimiento; 4° Tutuca (C. López).
Hubo muchas protestas de la parcialidad norteña, que incluso llegaron a insultos desmedidos,fueron el corolario triste de una tarde magnífica de turf.