"Se infló con un tubo, si no eso no se infla", se quejó Daniel Angelici al ser consultado por el chancho inflable que lucieron los hinchas de River el último domingo en el Monumental, en el marco del Superclásico. "Es bueno, mientras no traspase ni genere violencia", concedió después.
Alguna vez, tras un partido entre Independiente y Boca en el que los hinchas del Rojo arrojaron un chancho con la camiseta xeneize al campo de juego, al escritor Juan Sasturain se le ocurrió una genial historia que, titulada "El que le da de comer", contaba las horas del animal post partido.
En el cuento, publicado en el libro Picado grueso, el chanchito va a parar a la casa de uno de los oficiales del operativo de seguridad, cuyos hijos no tardaron en tomarle cariño a la nueva "mascota". El drama familiar surgió cuando, tras una denuncia de una sociedad protectora de animales, el juez de la causa pidió al animal como evidencia y hubo que devolverlo.
El chancho inflable que lucieron los hinchas de River también tiene una historia desopilante. Nació con uno de los tantos recitales que Roger Waters dio en el país, en marzo de este año. Fanáticos millonarios tomaron la idea prestada, diseñaron un modelo similar y lo sacaron a escena en el partido más esperado de las últimas temporadas.
Lo bautizaron "Riquelme" y la parcialidad local no tardó en corear el nombre durante el entretiempo. La respuesta de los de Boca también tuvo su cuota de picardía: "El chancho no desciende...", respondieron. Entretanto, desde los altoparlantes del Monumental exigían bajar al chancho o de lo contrario no empezaría el segundo tiempo.
La Página Millonaria consigna que, una vez desinflado, el chancho "Riquelme" fue incautado por la Policía y llevado a la comisaría.
Fuente: Diario Popular