Por Omar Alberto Romero
Lucas Esteban Ceballos Maíz disfruta jugar en la primera de Godoy Cruz. Lo suyo es el premio a la humildad, al esfuerzo, a nunca bajar los brazos. El sueño se le cumplió de pibe. Este sanjuanino de 25 años, que llegó de Sportivo Desamparados de San Juan en 2010, en voz baja y sin hacer ruido, se ganó su lugar en el Expreso.
Es preparador físico desde 2009 y tiene una familia numerosa, la mayor parte dedicada a la actividad deportiva. El defensor habló de todo y del dolor de no tener a su hermano Marcos, quien falleció. Ceballos se emocionó cuando habló de él y sostuvo que es su espejo en la vida, por eso lleva su bandera.
Hace cinco años que está con su novia, Micaela, sanjuanina y también es profesora de educación física.
“Soy un agradecido a Dios. La peleé bastante para llegar a este lugar. Tengo una familia que siempre me apoyó”, reconoció el marcador derecho tombino.
-¿Se extraña a la familia?
-Es difícil estar lejos de los afectos. Mis viejos siempre nos dieron todo. Nunca nos faltó nada, pero tampoco sobró. Somos una familia numerosa, de nueve hermanos. Siempre nos dieron todo.
-Venís de una familia de deportistas...
-En el fútbol comparto la actividad con Santiago, que juega en Desamparados. El resto de mis hermanos hacen deportes. Somos una familia dedicada al deporte.
-¿Quiénes hacen deporte?
-Mi hermano Agustín, que tiene 20 años, juega hockey sobre césped en Universidad de San Juan. Gabriela también juega al hockey. Belén está jugando vóleibol. Juan Pablo se retiró del hockey, pero sigue ligado como entrenador de Barreal Hockey Club. Y mi hermano Marcos, que era andinista, lamentablemente falleció en 2004.
-¿Fue un golpe muy duro para la familia la pérdida de tu hermano?
-La verdad que fue algo bastante duro, inesperado. Era una persona muy especial, siempre nos transmitía vida, estaba al lado de nosotros. Le tocó irse en el lugar en el cual siempre quiso estar: la montaña.
-¿Cómo sucedió el accidente?
-En el cerro Mercedario, en San Juan, le tocó tener una caída. Iba con un amigo que se dio vuelta y después lo vio que iba cayendo. Fue un golpe del que cuesta recuperarse.
-¿Se hace difícil?
-Con mi familia tratamos de salir adelante. Marcos siempre está presente en todos nosotros. Sabemos que es un ángel: nos mira y nos apoya desde arriba.
-¿En qué momento lo tenés presente?
-Hay fechas importantes en que lo tengo más presente. El 15 de setiembre era la fecha de su cumpleaños y justo nos tocó a nosotros jugar el clásico con San Martín de San Juan, y muchos me preguntaban si era especial porque yo jugué en Desamparados, cuando lo que tenía más presente era el cumpleaños de mi hermano. Para nosotros es una fecha especial, porque iba a cumplir 34 años. Ese día justo le ganamos a San Martín de San Juan. Siempre lo recordamos con gran afecto.