Juan Pablo González
Casi como una comedia dramática de las mejores podríamos afirmar que este Godoy Cruz te hace reír y llorar al mismo tiempo. Es parte de las dos caras de la moneda o del símbolo del teatro, esa que tiene en una misma pieza la risa y el llanto. Así es este Tomba.
Su manera de jugar y de encarar los partidos desde que comenzó el torneo lo han llevado a ser, quizás, el equipo más atractivo para ponerse a mirar un partido. Claro que sus hinchas no lo ven de esa forma y lo sufren cuando lo atacan.
Su tremenda inestabilidad defensiva lo ha convertido en el equipo más goleado del torneo: los 33 tantos en contra no dejan dudas y lo ponen como el cuadro que más veces tuvo que ir a buscar el balón al fondo de su arco. A cinco goles –con 27– está el peor equipo y el último del certamen, Defensa y Justicia.
Pero si miramos su tremenda eficacia para festejar en el arco de enfrente, vemos que los números cambian diametralmente y lo colocan como el plantel más goleador, inclusive, cerca del mejor del campeonato: el súper ofensivo, puntero e invicto, River Plate.
Los dirigidos por el Muñeco Gallardo han marcado 29 tantos. El Expreso hizo tres menos que el Millonario. Independiente, Racing y Lanús, los perseguidores de River, tienen dos y tres goles menos respectivamente.
La Biblia y el calefón, una frase que resume las variables defensivas y ofensivas por las que transita este extraño Godoy Cruz, que hace gozar a sus hinchas cuando el equipo ataca, pero que los hace llorar cuando se defiende.