Pareció un partido entre equipos de categorías diferentes, a pesar de que el local se guardó los titulares para competir con éxito frente a su clásico rival en la Copa Sudamericana y que el protagonista, a priori, era el visitante.
Independiente penó en la primera jugada del partido, cuando Alexis Zárate recibió de su arquero y en lugar de salir jugando se la devolvió, éste recibió con su pierna inhábil (derecha), tardó para acomodarse, se fue hacia el arco buscando ángulo para darle de zurda y la perdió en la línea con Calleri, que se fue gritando gol.
Un error carísimo que costó el partido, otro más, para la defensa más vulnerada de los diez primeros equipos de la tabla. La jugada resultó una síntesis de la imagen que Independiente dejó en La Bombonera, porque el cuadro de horror que pintó se completaría a partir de que se quedó con diez jugadores, cuando perdió a una de sus figuras más cabales.
El equipo que necesitaba ganar para no perder el tren de la punta, fue un rosario de displicencia, lentitud y desconcentración.
Si había un equipo que jugaba por la victoria era el local, mientras que lo de Independiente fue una vergüenza profesional, jugando casi siempre hacia atrás en defensa, perdiendo casi siempre en la mitad de la cancha, con una ofensiva nula.
Por su parte, Boca estuvo para convertir algún gol más en el primer período, ya sea por medio de José Fuenzalida, Emanuel Gigliotti o Calleri.
Los primeros minutos del segundo tiempo siguieron con las mismas características que el período inicial, pero a los 9 minutos Independiente pareció despertarse, Pisano optó por el tiro de media distancia y acertó un zurdazo para el 1 a 1.
Eso fue un espejismo. Franco Bellocq, que había sido amonestado a los 9 minutos, recibió pronto otra tarjeta amarilla y se tuvo que ir.
El entrenador Jorge Almirón reemplazó después a Pisano en un cambio consensuado con los jugadores y solo quedó a favor de Independiente la inspiración de Federico Mancuello, quien estuvopor aumentar el marcador.
A todo esto, el reemplazado dejaba en evidencia su cólera ya en el banco de suplentes y más tarde se iría Daniel Montenegro, por quien en principio iba a ser la variante.
Más tarde llegó otra jugada por el sector derecho de la defensa de Independiente en la que el marcador Zárate redondeó su noche negra cuando intentó una chilena y le pifió a la pelota, que lequedó a Federico Carrizo -una de las figuras del local-, quien dio el centro para Calleri, el que la tocó al gol para el 2 a 1, cuando iban 27 minutos.
Hubo tiempo incluso para el tercero de Boca, cuando faltaban dos minutos, centro de Carrizo desde la izquierda y cabezazo de Gigliotti, sin marcas a la vista por ningún lado.