Según informaron fuentes policiales y del club Los Andes, la casa de Ferreyra, situada sobre la calle Fray Luis Beltrán, fue atacada a balazos poco antes de las 21:00 de anoche por desconocidos que se movilizaban en un Fiat Palio de color gris. Seis proyectiles impactaron contra el portón de la casa del dirigente, que se encontraba en el interior junto a sus hijas. El propio Ferreyra consideró que el hecho "no tiene explicación" y se desesperanzó en encontrar a los responsables al señalar que "es como encontrar una aguja en un pajar"- "Tengo vergüenza frente a mi familia de haberlos metido en esto que excede el límite de lo pensado", sostuvo el dirigente con vehemencia en declaraciones a un canal de televisión. El presidente ahora saliente también apuntó contra un sector de la barra del club. "Cometimos el error de ir en contra de este flagelo pero esto sigue y nadie lo detiene ni le importa parar con este problema. Acá falta decisión política, hay que preguntarle a los políticos para que se hagan cargo de esta situación lamentable", añadió al respecto. Dos horas después del atentado contra Ferreyra, la página oficial de la entidad lomense informó sobre la renuncia de toda su comisión directiva.
Durante la jornada que precedió el ataque, los dirigentes habían logrado que la APreViDe (Agencia de Prevención de Violencia en el Deporte) levantara parcialmente la prohibición de que Los Andes jugara como local con el expendio de 2.500 entradas para socios caracterizados.
El conflicto que había motivado la suspensión del estadio había hecho eclosión dos semanas antes con una feroz pelea en la que había tomado parte la barra. El origen de la tensión había sido que la Justicia había deteminado prohibir el acceso al estadio y a la sede de seis integrantes de la barra brava. (NA)