Por Erica Ló[email protected]
Tiene 17 años y está participando en el Mundial de fútbol adaptado, en Rusia. Es el único mendocino que integra el equipo. Encontró en el deporte una manera de afrontar la vida tras una dura enfermedad. Fotos.
Tiene 17 años y está participando en el Mundial de fútbol adaptado, en Rusia. Es el único mendocino que integra el equipo. Encontró en el deporte una manera de afrontar la vida tras una dura enfermedad. Fotos.
Por Erica Ló[email protected]
A sus 17 años Augusto Alonso está jugando su segundo Mundial de fútbol adaptado, el que se está disputando en Kaliningrado (Rusia).
En lo que va de la competencia, todas han sido alegrías para Augusto, ya que fue titular y anotó el primer gol de la selección en el partido que le ganó a Polonia 2- 1.
Los Albicelestes empataron con El Salvador 3 - 3 y hoy enfrentarán a Ghana por un lugar en semis. Antes habían perdido con Rusia 5 a 0 y con Irán.
Inquieto, siempre buscando algo para hacer y amante de los deportes, Augusto nunca dejó que la enfermedad que le diagnosticaron a los 10 años fuera un impedimento en su vida. Porque él no sólo se luce en el fútbol, sino que también lo hace en el esquí.
Mendoza no tiene equipos de fútbol adaptado, sólo cuatro o cinco jugadores que practican lo en forma individual, por lo que el entrenamiento es personal y voluntario, lo que hace que sea más importante lo logrado por este joven que está terminando la secundaria y que se prepara para comenzar a estudiar comercio internacional.
“A los 10 años me diagnosticaron un osteosarcoma, conocido como cáncer de huesos, y tras seis sesiones de quimioterapia los médicos decidieron que debían amputarme una pierna, porque el tratamiento servía pero se había extendido a otras zonas blandas. En ese momento no era muy consciente de lo que me pasaba, pero no tuve miedo a la amputación. Hoy lo vivo así, es mi realidad y nunca me dejo llevar por eso. Después nunca más tuve nada”, cuenta AugustoY él es así, porque quien lo ve en la calle o en el club Regatas, donde va con frecuencia, o por el Parque, percibe que Augusto no se detiene mucho a pensar en su lesión.
–De chico debés de haber tomado de modo extraño tu amputación.–No lo sufrí porque medio que lo tenía asumido y era niño, lo tomé como si fuera una cosa más. Si bien por momentos me bajoneaba, seguí haciendo mi vida. Ahora ya lo tengo incorporado, no me trauma y lo tomo así. Siempre usé muletas y desde hace unos años los bastones, que son más cómodos.
–¿Ahí ya jugabas al fútbol?–Sí, pero con mis amigos, como un hobby. No hacía ningún deporte fijo. Después me fui enganchando y primero anduve en bici, luego me volví a acostumbrar al fútbol jugando con mi primo y mis vecinos, y después hice natación, gimnasio y esquí.
–¿Hoy seguís practicando todos?–Por el momento dejé el gimnasio y la natación por falta de tiempo, y también el remo porque me hacía mal a la espalda. Ahora mi cabeza está en el fútbol.
–En Mendoza no hay equipos de fútbol adaptado, ¿cómo llegaste a este deporte y a la selección argentina?–Al fútbol de casualidad, porque un señor me vio en el año 2010 andando en bici y él le contó a Máximo Lamarca (otro jugador de fútbol adaptado y de la selección). Luego Máximo se acercó a hablar conmigo, me contó del fútbol, de los entrenamiento y ahí comenzó todo. Empecé a entrenar y a viajar a cada una de las concentraciones, que se hacen una vez al mes en distintas provincias. Eso fue en marzo y en octubre ya estaba jugando el Mundial.
–Tenías 15 años, eras muy chico.–Era el más chico del equipo y lo sigo siendo, pero no me molesta eso. Lo que sí, mis rivales suelen ser más grandotes y al jugar de delantero en algunas ocasiones lo noto. La mayoría de los países que participan en los mundiales son europeos o africanos, y todos tienen otra contextura física, más grandes y ágiles.
-En el Mundial pasado Argentina fue subcampeón, perdió la final con Uzbekistán. ¿Qué expectativas tienen?–Hacer un buen torneo, jugar y salir campeones. Aún no caigo, pero espero que nos vaya bien. En total participan 12 equipos divididos en dos zona.
–¿Pertenecen o tienen algún vínculo con la AFA?–Aún no, pero eso se está viendo. Aunque la AFA se ha portado muy bien con nosotros. Mi papá se contactó con el vicepresidente Mario Contreras (presidente de Godoy Cruz) y por intermedio de él, la AFA nos entregó tres juegos completos de indumentaria para toda la delegación. Para nuestra selección es muy importante que nos consideren y apoyen.
Además del fútbol, esquíEl fútbol no es la única pasión ni el único deporte en el que Augusto Alonso se destaca.
Antes de jugar a la pelota, este joven practicó esquí adaptado, aprendiendo la disciplina rápidamente. “A través de un programa de rehabilitación del hospital Notti, junto a la Fundación Niño y Cáncer, de Chile, me invitaron a tomar clases de esquí en ese país. Fui, probé y comencé a practicarlo en el 2005, lo que me hizo muy bien y lo disfruté”, contó.
“Luego se quiso hacer ese mismo programa en Las Leñas y me sumé. Me vieron y me dijeron si quería formar parte del equipo paraolímpico, pero yo no tenía los recursos, ya que somos de familia grande. Entonces ahí el Club de Esquí Las Leñas me apoyó y me becó para que comenzara a entrenar”, agregó Augusto sobre su experiencia deportiva.
Y sumó: “El tema económico no me ha permitido poder desarrollarme más, porque tuve oportunidad de viajar a competencias internacionales en Estados Unidos y Europa, pero no pude hacerlo por falta de recursos. Espero pronto ir”.
Una familia muy contenedoraAugusto está siempre muy acompañado por su familia, la que incluye 4 hermanos y 1 hermana, y tanto su mamá, Bety, como su papá, Marcelo, apoyan cada acción que él realiza.
De hecho su papá está buscando espónsores para poder armar un equipo de fútbol adaptado en Mendoza y han creado con otras personas la Asociación Mendocina de Deportistas Amputados y con Capacidades Diferentes. Para sumarse a ellos o conocer más pueden llamar al 4239773 o al 155600086.