Tiene 73 años y desde hace 50 es árbitro en la Liga Sanrafaelina de Fútbol. Por razones laborales y de estudio ésta podría ser la última temporada de Oscar Cobos Parada dentro del referato.
“Allá por el año '60 era colaborador del club Huracán, época en la que en una sola jornada jugaban tres divisiones (5ª, 6ª y 7ª). Cuando nos tocaba ir a un distrito el árbitro generalmente no llegaba para dirigir el primer partido y siempre me ofrecían para que fuese árbitro”, comentó. Añadió que“durante la semana iba a la Liga a llevar las planillas de los partidos hasta que un día Munir Ayub me ofreció hacer el curso de árbitro y así sumarme a la Liga. Me gustó la idea, acepté y así comenzó mi carrera”.
Se inició en San Rafael en 1964 y un año más tarde, egresado de la Liga Mendocina de Fútbol, comenzó de manera oficial.
Un largo camino
Sus primeros pases como árbitro los dio en las divisiones inferiores. “Antes tenías que foguearte mucho. La quinta división era la que te marcaba. Yo tardé diez años en llegar a primera división. Ahora ese camino es más corto y a veces el poco rodaje, las escasas 'horas de vuelo' tienen sus consecuencias”.
Su debut
El primer partido fue Cuadro Benegas-San Luis, con 35 años de edad. “Ese día estaba con la ansiedad lógica de estar al frente de un partido de la máxima categoría, los jugadores colaboraron y pude desempeñar mi tarea sin sobresaltos”.
Oscar es enfermero matriculado especializado en hemoterapia y además desde hace algunos años estudia música. Ambas actividades le demandan mucho tiempo, lo que le resta horas de entrenamiento.
“Los martes y cada vez que puedo voy al Polideportivo Nº1 a trotar y hacer cien abdominales. Eso me permite estar en buena forma física”.
Está analizando seriamente la posibilidad de dar un paso al costado: "No puedo dedicarle al arbitraje el tiempo que se merece, por eso quizás estos sean mis últimos partidos".
Una leyenda dentro del arbitraje.
Siempre hizo docencia
Durante un partido de primera división del fútbol sanrafaelino, un defensor derribó de manera muy vehemente a su rival.
Cuando Cobos sancionó la infracción, el jugador que cometió la falta tuvo la certeza de que le iba a mostrar la tarjeta roja. El árbitro se le acercó y le dijo: “Señor por qué se quiere ir expulsado, si usted hace falta acá, ha venido a jugar”.
El jugador se mostró asombrado por la actitud de Cobos y le respondió: “La verdad, me dejó sin palabras”.
Cuando terminó el cotejo el jugador se acercó al camarín del árbitro, pidió ingresar y una vez adentro le comentó que “es la primera vez que un árbitro me trata y se dirige a mí de esa manera. Siempre me han sacado tarjeta. Se lo agradezco”.
A partir de ese momento, Cobos comenzó a utilizar esa psicología para con el jugador, método que fue muy cuestionado, sobre todo por sus pares. “Aquella vez ese jugador me enseñó lo importante que es ayudar a no reiterar la torpeza”.