Desde aquel lejano 2 de enero cuando arribamos a Rosario y comenzamos con la previa del Dakar hasta ayer cuando Salta nos despidió con los fuegos artificiales. En el medio pasamos por San Luis, San Rafael, San Juan, Chilecito y Tucumán y en todos los casos hubo dos constantes: el tremendo calor y el afecto que el público argento le mostró a este enorme circo. Y en todos estos días hubo buenas y malas. Las muertes de los colegas y posteriormente del piloto belga pegaron duro en cada uno de los vivac en los que no tocó recibir las noticias, entonces por un momento la vorágine Dakar se detiene y los sentimientos comienzan a flaquear. Pero esto sigue y ahora es Chile el país que transitaremos desde el Norte hacia el centro y allí seguiremos contando historias dakarianas, las del día y las de siempre. Los terrenos serán algo diferentes y tal vez la inmensidad del mar amaine un poco las altas temporaturas que sufrimos acá. Adiós Argentina, pronto volveremos a vernos. Hola Chile, que bueno es visitarte y aún más en estas circunstancias.