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El país está revolucionado con el Superclásico copero que definirá un finalista de la Sudamericana el próximo jueves. En la ida, en partido áspero, no hubo goles.

A sufrir en el Monumental: Boca y River empataron 0 a 0

Por UNO

Sin sacarse ventajas, con más errores que aciertos y el nerviosismo inundándolo todo, Boca  Juniors y River Plate igualaron 0 a 0 en el partido de  ida de la semifinal de la Copa Sudamericana disputada en el  estadio La Bombonera.

Ambos equipos definirán la llave el próximo jueves en el  estadio Monumental, y el que acceda a la final se medirá con el   ganador de la otra semifinal que jugarán San Pablo de Brasil y Atlético Nacional de Medellín, que en la ida ganó por 1 a 0. 

La igualdad final parece haber dejado mejor parado al conjunto de Núñez, que se llevó un punto como huésped, pero teniendo en  cuenta que el gol marcado como visitante vale doble, a los dirigidos por Marcelo Gallardo solo les sirve ganar para avanzar  de ronda.

En ese sentido, un 0-0 obligará a la ejecución de penales, mientras que el empate por uno o más goles o una victoria  visitante dejará a los "xeneizes" en la instancia decisiva.

La propuesta de Boca en los primeros minutos fue ganar el  mediocampo y salir rápido con Martinez por la derecha y a los 4,  Vangioni ya fue amonestado por una fuerte entrada al "burrito". 

River parado de contragolpe, con Teo y Gio de puntas, y  tratando de controlar el juego boquense, que siempre pasaba por  los pies de Gago.

Sobre los 22 un rápido contragolpe de Boca, que le quedó en  los pies de Gago y el remate desde afuera del área lo controló  bien Barovero. 

El colombiano Teo Gutiérrez casi no entró en juego y Sánchez y  Rojas estuvieron muy estáticos, en un panorama en donde Boca  controló mejor los espacios, aunque falló en algunos momentos en  que tenía que acelerar la jugada.

Parejo, pero para abajo, los dos equipos chocaron y pelearon  más que lo que jugaron, tal vez por cuestiones relacionadas con  el nerviosismo de saber que cualquiera que abriera el marcador iba a provocar un cambio radical en el desarrollo del juego.

Los dos equipos se prestaron la pelota, más por imprecisiones  que por alguna otra cuestión, y en ese juego de roles ninguno  salió favorecido.

Gago, quien es el más pensante en el mediocampo local, no pudo  encontrar su espacio, un poco por la buena tarea de Ponzio -duro  en una entrada a Melli que le valió la amonestación-, sino por la  poca fortuna de sus compañeros a la hora de los pases.

River intentó desnivelar por las bandas, en especial por la  izquierda, en una carta que caracteriza al conjunto de Gallardo,  pero Rojas y Vangioni lograron complementarse bien con  Pisculichi, que pasó casi desapercibido en la primera mitad.

La lesión de Martínez hizo que Arruabarrena gastara un cambio  a los 30 minutos, y el chileno Fuenzalida ocupó su lugar, en una  ecuación en la que Boca perdió explosión en ataque por algo más  de marca.

Pero nada interesante pasó en esos minutos finales, porque fue  más el "barullo" de los roces que las ideas de juego, tanto por  el lado boquense como "millonario". 

Para el complemento Boca utilizó la misma fórmula que en el  inicio, pero insistiendo más con Chávez más de punta por la   izquierda y como primera opción de ataque, y por eso a los 5 el de Salto probó los reflejos de Barovero, que controló en dos  tiempos.

River ajustó un poco el medio con Ponzio y Sánchez, y liberó   algo más a Rojas para poder tener profundidad, y a los 11 tuvo  una interesante ocasión con un centro rasante desde la derecha del uruguayo que Gutiérrez enganchó de taco y se fue cerca del  poste izquierdo de Orión.

Los dos equipos intentaron jugar a un toque, para hacer  circular el balón y así generar los espacios, pero chocaron con   las defensas rivales una y otra vez.

Chávez jugó todas las pelotas al máximo y si bien apostó por  la individual, perdió más de lo que ganó, en parte por la falta  de apoyo de algún compañero. 

El "muñeco" Gallardo mandó a la cancha a Boyé por un  intrascendente Gio Simeone, tratando de buscar un poco más de  compañía para Teo. 

El trabajo de Melli se volcó por la derecha, cumpliendo la  función que hacía el "burrito" Martínez, y así Erbes quedó más en   el centro y Gago levemente a la izquierda, con el chileno Fuenzalida tratando de tapar las subidas de Rojas. 

El deseo de Boca era arrinconar a fuerza de pelotazos a las  espaldas de Ponzio, que se posicionó bien en el centro del campo   y le ganó, por momentos, el duelo a Gago.

Arruabarrena mandó a Gigliotti por Calleri, que poco pudo  aportar en ataque, y así poder juntarlo con la potencia de Chávez.

River perdió a Maidana por lesión y en su lugar ingresó  Pezzella, pero todo se decidía en las fracciones de juego, en  cual de los dos equipos ganaba el segundo balón y cometía menos  errores.

Las intenciones de Boca y de River eran demasiado ostentosas  para el juego que desplegaron, porque se equivocaron mucho, no  solo en lo posicional para armar jugadas colectivas, sino en lo  "fino" de los pases.

En una de las últimas pelotas, en el todo por el todo,  Barovero le controló un cabezazo a Gago que ganó solo por el   medio y no pudo colocar bien el balón.

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Fotos de Télam
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